Kenan Karahodzic es un interior nacido un 29 de enero de 1996 con un físico envidiable, dado que con sus 2,11m de estatura, y su posición habitual de ala-pívot, puede ocupar el puesto de pívot sin problemas, en incluso poderse emparejar con aleros altos, siendo así un comodín para los entrenadores este hombre nacido en Backa Topola (Serbia) se considera bosnio, y posee la doble nacionalidad, por su padre, bosnio, a quien le une tanto después de que su madre les abandonara sin explicación alguna cuando solamente tenía 7 años, estando de esta forma fuertemente unido tanto a su figura paterna como a su hermano Kemal, 7 años más mayor.
Y es que gracias a su hermano Kemal comenzó en el mundo del baloncesto, ya que a Kenan le gustaba mucho el fútbol y pensaba que el deporte de la canasta era aburrido, pero probó con el balón naranja y en apenas unos entrenamientos ya se había enamorado del baloncesto, ya que con él se olvidaba de los problemas, además de que gracias a su altura, los inicios fueron más fáciles, consiguiendo anotar y rebotear desde el principio.
Comenzó jugando en el KK Topola, en su cuidad natal, para seguir en el Spartak de Subotika, gran equipo de formación de la zona, al que llegó porque su padre dejó claro a su nuevo equipo, que si querían fichar a Kemal, el hermano también jugador de baloncesto, tenían que hacerse también con Kenan.
Con el tiempo dejó entrever que tenía mucha proyección, y esto llamó la atención del Unicaja de Málaga, que en 2012, siendo cadete de segundo año, lo fichó para su cantera, a un Kenan Karahodzic que no se pensó dos veces lo de cambiar de país y cultura para enrolarse en un equipo español, ganando tanto en formación como económicamente hablando, puesto que en Serbia estaba ganando 50€ al mes por jugar al baloncesto, desde luego un futuro muy negro.
Gracias a su envergadura y sus avances, comenzó a despuntar en la cantera, llamando la atención entre los jugadores de su edad, con un gran talento y una técnica que mejoraba día a día gracias a su trabajo, y es que una de sus premisas es poder devolver a su familia paterna todo lo que le han dado, y para eso es necesario que pueda crecer en el mundo del baloncesto, para lo que pone mucha constancia en todo lo que hace.
Ya en la temporada 2013/2014, con apenas 17 años, se convertiría en un integrante del Clínicas Rincón, filial del Unicaja Málaga, que participaba en LEB Oro, con quienes jugaría 18 partidos con una media de 14 minutos de juego promediando 4,4 puntos y 2,1 rebotes, unas cifras que vería incrementadas en la temporada 2014/2015, donde subió a 22 partidos, con 22 minutos de juego, 6,9 puntos y 4,5 rebotes de media, apareciendo a su vez tanto en ACB (8 partidos) como en Euroliga (6 partidos) con Unicaja, aunque con unas medias de 5 minutos, sabiendo que hablamos de un joven de 18 años.
La siguiente temporada 2015/2016, esta vez en LEB Plata con Clínicas Rincón, sus números crecieron considerablemente con 30 partidos y unos promedios de 27 minutos, 11,3 puntos y 6 rebotes por choque, además de 1,5 asistencias y 0,8 tapones, continuando su participación con el primer equipo de Málaga, jugando 2 partidos de ACB y 7 de Euroliga. Al final de este curso, jugaría con la selección de Bosnia sub-20 el europeo, siendo el líder de su equipo con 12,7 puntos y 6,6 rebotes de media.
Viendo que el equipo no consiguió el ascenso a LEB Oro, Unicaja Málaga lo mandó a Serbia a jugar con el histórico KK Partizan de Belgrado, en una experiencia que no fue lo esperado por Kenan Karahodzic, alternando partidos de “minutos de la basura” con encuentros rondando los 15 minutos, quedando unas medias en 26 encuentros de 8,9 minutos, 1,8 puntos y 1,8 rebotes, reflejo de la inseguridad que tenía en cada uno de los partidos por la confianza que su técnico le daba.
Ya en el último curso volvería a LEB Oro a las filas de Unión Financiera Oviedo, un equipo potente donde Unicaja Málaga quiso darle la última oportunidad, pero a pesar de algún esporádico partido destacado, se convirtió en un hombre de rotación, acabando en 35 partidos con unos promedios de 10,5 minutos, 3,5 puntos y 1,9 rebotes, lo que hizo que su vinculación con el equipo malagueño concluyera al acabar la campaña, y Kenan Karahodzic fuera libre de fichar por cualquier equipo eligiendo su futuro, siendo Levitec Huesca el club elegido.
Su juego ofensivo
Desde luego impresiona ver a un 2,11m cuando pone la pelota en el suelo con la facilidad que lo hace Kenan Karahodzic, y es que no tiene problemas para botar el balón, subir el mismo si se requiere en algún momento, o atacar a sus pares de fuera para dentro gracias al bote.
El triple es otra de sus armas abriendo mucho el campo, acostumbrado a lanzar entre el 30% y el 40% de acierto con una mecánica de tiro rápida, dejando entrever su buena muñeca, siendo muy difícil defender estos lanzamientos debido a su altura y a sacar el balón muy arriba con una leve suspensión, lo que hace imposible casi el tapón, unos tiros que también ejecuta desde media distancia con gran acierto, lo que le convierte en peligroso desde cualquier distancia.
Tiene facilidad para correr la pista, siendo también un jugador ágil para su estatura, pero esta soltura en cierta medida se debe a que no es un jugador de mucho peso, lo que hace que su juego en el poste no sea el más habitual, a pesar de que cuando lo ejecuta, posee un movimiento de pies muy interesante, que debería de explotar más, y que sobretodo utiliza ante rivales de menor físico, hundiendo el balón en el aro siempre que tiene ocasión de hacerlo.
También utiliza muy bien los bloqueos, tanto el “pick&pop” como el “pick&roll”, con preferencia sobre el primero debido a su buena muñeca y a sentirse más cómodo jugando de fuera para dentro.
Su juego defensivo
Su altura es de gran ayuda tanto para el tema reboteador como para la intimidación, y es que con su envergadura consigue hacer variar los lanzamientos a sus rivales además de conseguir un buen número de tapones con el que niega el aro a sus atacantes.
En cuanto al rebote, acostumbra a coger el balón muy arriba donde muchos rivales no llegan, de donde viene su mayor número de rechaces, cerrando bien el rebote defensivo e intentando poner manos en el ofensivo para que la dirección del balón varíe con el fin de que caiga del lado de su equipo.
Rápidas piernas y buen desplazamiento lateral, sufriendo más ante jugadores más pesados que puedan desplazarlo en el poste bajo, no obstante su gran altura y envergadura nivela en ocasiones esta ausencia de kilos en la pintura.
Así juega Kenan Karahodzic