Llega el partido esperado por los aragoneses, llega el momento en el que la SD Huesca y el Real Zaragoza se vean las caras dos años después. El Alcoraz será el escenario de gala donde los dos conjuntos lucirán sus mejores onces en busca de un triunfo que les permita irse con alegría y buenas sensaciones al parón navideño.
El Zaragoza luchará por situarse junto al ascenso directo, sin embargo, el equipo de Míchel acude al encuentro con más urgencias tras las derrotas ante Rayo y Mirandés. Pero antes del derbi, los azulgranas tendrán en la Copa del Rey un encuentro preparatorio en Laredo para medir el nivel de los menos habituales.
Un tobogán de resultados
Como si de un parque acuático lleno de toboganes se tratará; así esta siendo la vuelta de la SD Huesca a la categoría de plata. Tras un inicio lleno de ruido en lo extradeportivo, el equipo de Míchel se distanció de todas esas dudas y con buen juego logró 9 de los 12 primeros puntos. Parecía que esa regularidad sería la tónica de toda la temporada, sin embargo y como suele ser habitual en la categoría, los azulgranas han sufrido un par de baches en lo que va de liga.
El primero fue en la jornada 5 y 6 donde encadenó dos derrotas ante Numancia y Albacete. Esta situación se resolvió rápidamente ya que el Huesca logró dos victorias por la mínima, una en el feudo del Extremadura y otra ante el Girona. La segunda es por la que pasa en este momento, y a diferencias del primer bache, en este las sensaciones son diferentes. Las derrotas frente al Rayo y Mirandés fueron justas, y el equipo estuvo lejos de sacar algo positivo en ambos encuentros.
No sólo a nivel de resultados, sino también de juego. La maquinaria ya no funciona a un nivel óptimo, el equipo sufre cuando el rival ejerce una presión en campo contrario, y Míchel no consigue establecer un once tipo donde no haya ninguna variación de un partido a otro. Jugadores como Sergio Gómez, Okazaki o Cristo han desaparecido del once cuando estaban haciendo buenos partidos. Por todos esos motivos ha llegado un runrún a la capital altoaragonesa.
Un mensaje de unión para el derbi
Pero si hay un partido y una fecha idónea para darle la vuelta a la situación es el del sábado con el enfrentamiento entre el Huesca y el Zaragoza. Ante el máximo rival y antes de poner punto final al 2019. Por eso y en nombre de toda la plantilla, Mikel Rico estableció un máxima de unión en toda la ciudad exclamando: “El Huesca somos todos y debemos tener una mayor unidad“