Perdió el Zaragoza en su peor día de la temporada. Sancris, en la última jugada del partido, decidió un encuentro que solo él tuvo la intención de ganar y cortó el invicto de un Zaragoza que también pierde su condición de líder. Poussin obró un milagro en la primera parte y el conjunto aragonés se cayó en la segunda con los cambios.
GAETAN POUSSIN (9’5): Lo suyo es un milagro. Paró por partida doble un penalti que Curro tuvo que tirar dos veces y confirmó que las buenas sensaciones con él no son cosas de un solo día. Ha revertido la situación a lo grande.
IVÁN CALERO (8): Cuajó un buen partido en Burgos. Secó a Íñigo Córdoba, hizo progresar al Real Zaragoza y sirvió varios centros que no encontraron rematador. Tuvo menos influencia en la construcción, pero fue de lo mejor de los aragoneses.
LLUÍS LÓPEZ (5’5): Sufrió con Fer Niño más que con Edu Espiau y bajó un par de peldaños sus prestaciones. No se enfrascó en batallas individuales, ni apenas disputó duelos, pero se espera más.
BERNARDO VITAL (7’5): Empezó dubitativo, bastante más que los últimos días, pero en cuanto hizo pie se erigió como el líder del Real Zaragoza. Sumo en tangibles, en intangibles, tomó el relevo de Keidi y acabó siendo un multiusos: jugó unos minutos en el doble pivote.
DANI TASENDE (6): El poco trabajo defensivo de Adu Ares condicionó su participación en el último tercio. Le costó encontrar situaciones de centro, ganar los pasillos interiores y hacerse grande a través de la pelota. No desentonó, pero enfrentó un contexto de inferioridad casi permanente.
ADRIÁN LISO (3): Vivió un día gris, desacertado, fuera de sitio. La intrusión de Ares en el once le empujó a la derecha, en un cambio que no funcionó. No tuvo el protagonismo que acostumbra y cuando contactó con el balón no acertó. Mal.
TONI MOYA (3): No se impuso ante un doble pivote burgalés eminentemente defensivo. El Real Zaragoza sufrió en construcción, no le pudo imprimir ritmo a sus ataques y volvió a sucumbir en su primer Día D de la temporada.
MARC AGUADO (2’5): Cometió un penalti justito, muy justito, pero notó en exceso la ausencia de Keidi. Volvió a lateralizar su posición continuamente, a intervenir poco y mal y el Real Zaragoza perdió la media desde el principio.
ADU ARES (2): Salió señalado de El Plantío. Tiene condiciones físicas y técnicas, pero su apatía desespera a cualquiera. Condicionó a Tasende, llevó su rol al pasillo central y se ahorró todos los esfuerzos que pudo hacia atrás.
SOBERÓN (5’5): Gris. Alberto Marí no le ayudó en nada, pero no se encontró, ni entre líneas, ni al espacio. Dejó una buena jugada individual en el primer tiempo, en la más peligrosa de los maños, pero pase atrás no encontró rematador. Se perdió buscando la autosuficiencia.
ALBERTO MARÍ (2): El Real Zaragoza se acostumbró a vivir sin su presencia. Fue una causa perdida durante el tiempo que jugó. Córdoba le ganó el duelo con suma facilidad, apenas entró en juego y no estuvo ni cerca de aparentar ser una amenaza.
También jugaron:
SERGIO BERMEJO (0): Demostró por enésima vez que no está preparado para jugar en el Real Zaragoza. Perdió nueve balones en veintitrés toques, ganó dos duelos de nueve y, lo que es peor, sus sensaciones fueron peores que sus propios registros.
IVÁN AZÓN (2): Marró una ocasión en boca de gol, aunque estaba invalidada. Al margen de ello, no le dio al Real Zaragoza nada de lo que pedía.
FRANCHO SERRANO (3’5): Fue víctima del sistema. Jugó anclado en el doble pivote, capado por la situación, y no le ofreció ninguna ventaja al Zaragoza. Le faltó intención y un punto de involucración a la hora de construir.
SAMED BAZDAR (S.C.): Jugó en la recta final, pero los mejores destellos de calidad del Real Zaragoza en el partido pertenecieron a él. Indiscutible.
SEBASTIAN KOSA (S.C.): Debutó con el Real Zaragoza a 10 minutos del final.
Entrenador:
VÍCTOR FERNÁNDEZ (2): Modificó la posición de Liso para dar entrada a Adu Ares y se terminó equivocando. Falló en la propuesta, en la lectura y en los cambios, pero su equipo, pese a la derrota, sigue dando muestras de que es un bloque competitivo muy bien trabajado defensivamente. Sigue emperrado con Bermejo, en una situación demasiado evidente para que él no la vea.
Lo peor de este autosabotaje es la falta de confianza en que deja sumido al equipo de cara al importante partido contra el Levante.