Permítanme empezar por el final esta vez, pero el título de esta columna, sin ser cien por cien original, bien haría Pablo Barrantes de gritarlo desde ya en todas las transmisiones de Cope, y hacerse viral en la ciudad de Huesca y alrededores, y que acompañe al “¡está dentro, gol!” que ya ha patentado el gran Carlos Reyes. Y es que ‘Cucho’ ya es mucho ‘Cucho’ porque equipo de Segunda que diga que no lo querría en sus filas miente como un bellaco. Y ahora, vayamos al principio.
El sábado, una reunión familiar ineludible me hizo ausentar de la antena de Rock FM para contar el partido del Huesca. En dicho evento, que la familia Monesma celebraba este año en tierras mañas, el fútbol fue protagonista, porque futboleros somos un rato largo. Antes de la comida y durante la misma, el pasado derbi en El Alcoraz fue uno de los temas estrella, y hasta los buenos y acérrimos zaragocistas de la familia no pusieron ni un pero a la victoria azulgrana.
La comida se alargó tanto que empalmamos con la merienda y con el partido del Huesca en Barcelona. Si quieren un consejo, da gusto ver los partidos en familia, porque cada uno tiene su opinión y la diversidad de las mismas enriquece mucho. Y como fútbol hubo poco en la primera parte, poco hablamos de fútbol, pues estábamos más preocupados de ejercitar los músculos de la mandíbula que prestarle atención a un partido que mirábamos de reojo y en el que el Huesca, ni sufría ni era exigido. A algunos, entre los que me incluyo, el primer zarpazo de ‘Cucho’ nos pilló con el bocado de panceta a medio digerir, y no nos dio tiempo a gritarlo a tiempo.
“Me preocupa que ‘Cucho’ sepa aislarse y siga centrado en el equipo”
La cosa se ponía bien, y coincidimos todos que aunque el fútbol es muy caprichoso, a este Huesca cuesta un mundo hacerle un gol. Antes del éxtasis del segundo, el colombiano falló una que parecía clarísima, y aunque todos nos lamentamos por el fallo, convinimos que si Hernández metiera todo lo que le llega, en enero ya no le veíamos el pelo por Huesca.
Permítanme un aparte para decir que aparecerán ríos de tinta con su nombre, le colocarán en 20 equipos hasta que su club de origen vea qué hace con él. A mí sólo me preocupan dos cosas: que el futbolista sepa aislarse de eso y siga centrado en el equipo, y la segunda es disfrutarlo esta temporada y sacarle todo el rendimiento deportivo posible.
“Debemos ilusionarnos con otro premio más gordo que el ‘playoff'”
Volviendo al partido y a la larga comida Monesmaníaca, que para ese entonces ya era una merienda-cena en toda regla, el 0-2 nos dejó con la boca abierta, una vez finalizada la pitanza. Si el 0-1 es un golazo, a mí me emociona y me encandila mucho más el segundo: ‘Cucho’ espera el medido centro de Ferreiro y, cuando golpea, ya sabe dónde la quiere mandar. Éxtasis familiar y futbolístico del Huesca el sábado, que viene a refrendar la gran temporada que el equipo lleva con Rubi. Queda mucho, sólo llevamos un tercio de competición, pero en Huesca y en el Huesca debemos tener licencia para soñar e ilusionarnos con otro premio más gordo que el histórico ‘playoff’ de la temporada pasada.
Y yo, comedido y cauto a más no poder, estoy pensando que si el próximo año queremos que nuestra Monesmanía coincida con el partido del Huesca, igual hay que programarla un viernes o un lunes, a la hora que juegan los equipos de Primera División. Para eso queda mucho. Disfrutemos todos este histórico momento, como lo hacemos los de la familia Monesma una vez al año, al menos, todos juntos.
Por cierto: Barrantes, no te olvides de lo de “¡Ay mi madre el ‘Cucho’!”, que me da a mí que te vas a hartar de decirlo este año.