El Bada Huesca ha empatado un partido que ha merecido perder contra Cangas. Los gallegos han estado mejor, pero el deporte es así. Seguro que lamentarán el punto perdido en el último segundo. Miguel Malo, el canterano, coló la bola a Javi Díaz y el equipo lo celebró como si hubiera sido una victoria. Cierra el siete altoaragonés la primera vuelta con los mismos puntos que los que consiguió en la pasada campaña y el libro que se llevan para cuando se reanude la competición está lleno de tareas.
Quizá Cangas ha servido para medir dónde se encuentra este Bada Huesca. Se ha escrito hasta la saciedad de que a la tropa de Nolasco le falta mucho por coger automatismos y la vida sigue igual cuando se cierra la primera vuelta. Sigue carente de muchas cosas. Cangas dio la impresión de que quería ganar desde el minuto uno. Entró enchufado y marcó un 0-4 de inicio.
Bada se precipitó en acciones, se topó con Javi Díaz en lanzamientos con la posición ganada y mostró un juego más de impulso que de academia. Cada ataque era un ver qué sale más que el de seguir un patrón de juego estudiado de forma previa. Y así las cosas, el recurso es el de siempre. Buscar a Montoya para que el alicantino finalizara cuando Quintas, Alberto Martín o Brais no se le echaban encima.
En defensa, el 6:0 ofreció piernas y brazos para montar un bosque que impidiera lanzar a Cangas. Y detrás, Arguillas. El capitán sacó importantes bolas y todo metido en la coctelera ayudó a empatar a 8 tantos tras quince minutos de juego. A partir de allí, entraron Cordiés y Dijà y Mosquera para elaborar un ataque con similitud de ideas y soluciones. Lo mejor para la parroquia local es que Cangas se atascaba en el ataque y Arguillas impedía que surgieran diferencias… hasta que apareció Rares para encadenar dos tantos y meter un 11-13 en el electrónico.
A la falta de costura en el ataque se le sumó para infortunio del siete altoaragonés la pérdida de balones. Es cierto que tampoco penalizó en exceso Cangas, pero sí lo justo para meter otra pequeña diferencia, un golito más, un 13-16 con el que Nolasco paró el reloj a un minuto de terminar el primer acto. Metió Hackbarth y Cangas respondió con Rares.
El segundo acto arrancó con el Bada desaprovechando tres bolas que le podían haber dado no el empate, sino haber mandado de uno en el marcador. Y eso es dar ventaja al rival. Mantener la cabeza serena, bajar de pulsaciones para pensar era más que necesario. Cangas prolongó cada ataque hasta el desespero con unos árbitros a los que le costaba un mundo marcar el pasivo.
Nolasco paró el reloj con 15-19 en el minuto 37. La diferencia en el marcador era enjuagable, pero para eso había que cambiar muchas cosas. Sobre todo, en el ataque que seguía espeso. Y es que si se defendía de forma decente se perdía el caudal frente a Javi Díaz que con Quintas, Rares y Del Arco conformaban un pétreo muro de contención.
Bada dejó el 6:0 y puso a Ian Moya en el adelantado -luego a Adrià- con 21-24 en el marcador y el partido se tensionó con los segundos pasando como minutos. Allí Cangas siguió jugando con el reloj, eternizando cada ataque y consiguiendo sacar 7 metros. Arguillas, tremendo. Frenó el posible 23-26, pero no las dos contras tras pérdida en ataque. Aún así, el Bada volvió a ponerse a un (26-27) a tres minutos del final y la precipitación ahogó una bola para empatar. Al final, con la emoción a flor de piel, Miguel Malo empató sobre la bocina. Menos mal.
Ficha técnica
Bada Huesca: Arguillas (p), Adrià Pérez (3), Gucek (1), Rodrigo Benites, Miguel Malo (3), Père Arnau (1), Hackbarth (6). Siete inicial. Pablo Casterad (ps), Montoya (4), Carmona, Mosquera (2), Ignacio Suárez (3), Dijà (2), Cordiés (1), Floris
BM Cangas: Javi Díaz (p), Otero (2), Brais (3), Quintas (3), Martín Gayo (2), Juan del Arco (3) Varela (3), Siete inicial. Forns (ps), Rubén Soliño, Pérez, Chaparro (2), Rares (6), Alberto Martín, Dorado (2), Vilanova (1).
Parciales cada cinco minutos: 1-4, 4-7, 7-8, 10-10, 12-13, 14-17 (descanso) 16-17, 17-19, 19-22, 22-25, 24-27, 27-27
Árbitros: Ayarzun-Zaragueta. Excluido Brais por Cangas.
