Si cuando pierdes un amistoso en la pretemporada no hay que darle importancia, cuando ganas tampoco. Eso sí, una victoria siempre sienta bien y cuando es contra un grande mejor. Si además lo haces ofreciendo muchos minutos de calidad te vas con la sensación de que haces bien las cosas, que el trabajo da su fruto. El Bada Huesca acaba de vencer al Granollers y el marcador final, ese 31-23 es lo de menos, lo importante es cómo lo ha fabricado el equipo.
El Palacio de los Deportes ha dejado sobre la retina una especie de dejá vu con matices. Es prácticamente el mismo siete de la pasada campaña y si este es el suelo, cojan sitio, abróchense los cinturones, porque hay terreno abonado para gozar. Sí, es el mismo equipo que el de la campaña pasada más lo consabidos retoques de Adrià Pérez y Zungri, pero es una versión mejorada. Ya en la presentación oficial del equipo en el amanecer de este mes se vio que los jugadores llegaban más finos y los primeros entrenamientos no han hecho más que sellar su buen estado físico.
El primer siete de la temporada 2017/18 tuvo los mismos nombres que los de la anterior campaña. Arguillas bajo palos, Oier y Carmona por los extremos, Carró en el pivote, Marcelo y Tex en los laterales y Eloy al mando del juego. Y el Bada se transformó en un martillo pilón para dejar secó al rival durante los nueve primeros minutos con el inestimable apoyo de un Arguillas, sencillamente, espectacular. La tropa de Nolasco se presentó bien conjuntada, más fuerte, lista y solidaria en el juego lo que suele ser impropio de un primer amistoso de pretemporada a no ser que tengas el equipo construido.
Las nuevas incorporaciones brillaron. Adrià es un seguro de vida cuando toca correr, el balonmano galo ha curtido a Zungri que no se amilana ante nada y ofrece juego arriba y abajo cuando al Bada le toca el cambio largo. Brillaron los canteranos que han subido varios peldaños respecto a la temporada pasada; han ganado en juego y en descaro. Hubo detalles de esos que gustan mucho a la parroquia local –hoy, de pretemporada- como ir a por la bola cuando parece imposible llegar a ella, cómo el banquillo animo a Rares –ojo a su poderoso brazo- cuando Nolasco le dijo que entraba, el cierre en defensa con la cara por delante, toda esa atmósfera que hace equipo, el acierto anotador y ese balonmano que en algún momento ha sido coral.
El primer amistoso de este Bada 2017/18 deja muchas cosas interesantes y la esperanza de que lo visto esta tarde sea solo un aperitivo, porque esta Asobal no será precisamente cómoda con rivales muy reforzados. Contra Granollers está programado otro partido amistoso y seguro que no será igual.
LA FICHA
Bada Huesca: Arguillas (p), Carmona (4), Teixeira (6), Carró (1), Eloy Félez (2), Marcelo (2) y Oier (4). Siete inicial. Broto (ps), Jorge Gómez (ps), Val (2), Adriá Pérez (5), Dijà, Zungri (2), Bonanno (1), Mira, Garzo, Malo, Miana (1) y Rares (1).
Granollers: Oliveira (p,1), Cabanas, Marc García (1), Adriá Figueras (1), Albert Pujol (1), Resina (4) y Da Silva (3). Siete inicial. Guardia (ps), Gonzalo Porras (3), Bernatonis (3), Edgar Pérez (3), Ismael Bela, Pau Ferré, Cañellas (2), Piqueras (1), Rivas y Rakocija.
Parciales cada cinco minutos: 2-0, 5-1, 7-2, 9-2, 11-6, 13-9 (descanso) 17-14, 20-16, 23-19, 25-19, 28-21, 31-23.
Árbitros: Yagüe-García. Excluidos Carró, Oier, Mira y Bonanno (2) por el Bada Huesca; Ismael Bela, Rakocija y Adriá Figueras (2) por el Granollers.