Volvió Sergio Pérez a llevar la dirección del Bada Huesca y el madrileño siempre imprime una marcha más de velocidad al juego. El resto, lo de siempre. Montoya al ataque y Rodrigo Benites en el pivote en defensa. A partir de allí, la estructura de un 6:0 rocoso, que la goza cuando las piernas y músculos construyen el muro…y que sufre cuando el rival llega en velocidad para lanzar. Y Ciudad de Logroño tuvo claro que si Cuenca, El Korchi y Rivero llegaban a la carrera poco podría hacer Almeida para frenar la redonda. Atrás, los riojanos se encomendaron a su 6:0 y a un Pérez Molina que sacó claras bolas de gol.
En ataque, la sociedad Sergio Pérez-Montoya traccionó y cuando conectó, el pivote mandó a las redes rivales lo que le llegó. Logroño arrastra dos bajas importantes en su formación. Aún así sigue siendo un siete formidable. Y cuando su primera línea se atasca o la defensa le coge el truco allí está Moreira -vaya trabajo el del pivote- para erosionar al rival.
Eso sí, el Bada Huesca debería presentar en todos los partidos como local a su cantera. Y es que el Palacio cambia de cara. Es otra vivencia. Pero mientras vaya calando la idea, que siga habiendo cantera. A los 17 minutos de juego, Logroño movió el tablero. Entró parte de su segunda unidad. El partido era intenso. Los riojanos llevaban la diferencia a +3 (7-10) y su portero seguía incrementando su porcentaje de acierto. En ese momento, en el 53%. Así las cosas, el partido se puso cuesta arriba a los de casa.
Nolasco también movió al equipo. Entraron Gucek y Joao Pinto, y Nolasco puso a Arguillas sobre la pista antes de parar el reloj. Logroño puso una marcha más y empezó a despegarse de forma lenta, pero inexorable en el electrónico. Había encontrado portería con el lanzamiento en carrea y en los uno contra uno. Puso a Malo a gobernar el equipo a Moya por Adrià y a hacer dos cambios en ataque defensa. Dio igual. Pérez Molina se empeñó en firmar una tarde de fresas y champagne y amargó muchos ataques del Bada.
Bada dejó su 6:0 y puso a Miguel Malo en el adelantado. Arrancó el segundo acto con la defensa en 5:1 e incluso con los penúltimos en 8 metros. Había que provocar dudas en el buen ataque riojano, incomodarlos al máximo. En ataque se buscó a Montoya -vaya ‘bailes’ con la defensa riojana- y la esperanza de que el lanzamiento de los Père Arnau -su primer gol en el 36-, Asier y compañía mejorara. En el caos controlado que buscó Bada salió malparado.
Echar el candado a los Serradilla, Casado, Noris, Moreira era complicado, pero ya se sabe que el gen competitivo de este Bada está fuera de toda duda. Y gracias a la defensa empezó a acortar las diferencias para poner el 26-30 en el electrónico y ‘obligar’ a Rioja a parar el reloj. Se iba a entrar en los diez últimos minutos, vivos. Y eso era lo importante.
El partido se animó. Una exclusión a Rubiño, una decisión arbitral en la defensa de Rioja sancionada con siete metros, pero sin exclusión del defensa lo que hubiera dejado al rival con dos menos casi dos minutos. Cosas que animan a la grada. Más cuando Arguillas sacó dos siete metros a un tipo como Casado y a un extremo como Dicou.
A seis minutos del final el electrónico marcaba más diferencia de lo que parecía sobre el 40×20. Pero ese 29-33 era la realidad. Allí, unos metieron velocidad y otros la pausa. Cada uno en función de su necesidad. Y Logroño ganó.
Ficha técnica
Bada Huesca: Almeida (p), Carmona (7), Père Arnau (1), Rodrigo Benites (4), Sergio Pérez (1), Asier Nieto (5), Adrià Pérez. Siete inicial: Arguillas (ps), Montoya (6), Moya, Gomes (2), Gucek (1), Malo, Joao Pinto (1), Hackbarth (2), Marcelo (3).
Ciudad de Logroño: Pérez Molina (p), Cadarso (1), El Korchi (5), Serradilla (6), Casado (8), Noris (9), Rubiño (3). Siete inicial. Markelau (ps), Dorado (3), Javier Rodríguez, Moreira (3), Domenech, Kisselev, Goñi, Vial (ps), Diocou (1)
Parciales cada cinco minutos: 1-2, 3-5, 6-9, 8-11, 9-15, 13-18 (descanso) 16-21, 19-26, 20-28, 26-30, 33-38.
Árbitros: Álvarez-Bustamante. Excluidos Carmona, Père Arnau, Gucek por el Bada Huesca; Serradilla, Moreno, Rubiño por el Ciudad de Logroño.