Una semana con dos partidos. El miércoles le espera al Bada Huesca el Nava. El sábado viaje a Pamplona. A la Catedral. Allí le espera un Anaitasuna que la pasada jornada no jugó contra Sinfín debido a la pandemia. Que el grupo de Nolasco está en la cresta de la ola está claro. Juega y gana. Vuelve a jugar y vuelve a ganar. Y lo hace de muchas maneras. O de todas las maneras posible. Arrollando o sufriendo. Gana por balonmano y por equipo. No baja el ritmo. Al siete inicial se suma el siguiente. Y así es difícil sostenerles.
Contra Puerto Sagunto volvió a cimentar la victoria desde esa labor de equipo. Se mostró sólido. Nunca bajó los brazos. Ni con la portentosa actuación el portero rival, que llegó a porcentajes escandalosos. “Tuvimos paciencia y nada de ansiedad”, recalca Nolasco. “Cuando no tuvimos los errores de ataque de la primera parte y mantuvimos el tono defensivo se decantó el partido a nuestro favor”, asevera el preparador del Bada Huesca.
Bada Huesca se encuentra el miércoles con un Nava con muy mala racha de resultados. Y la clasificación le aprieta. “Va a ser un partido complicado”, avisa. Este Bada Huesca se sujeta, además, con jugadores jóvenes con mucho balonmano, que ya han dado ese paso adelante. “El trabajo del día a día los hace crecer y la confianza es absoluta”, señala.
Con las bajas de Álvaro del Valle y Mosquera -ya ha empezado a entrenar sobre el parquet- y Joao Pinto que no ha podido jugar los últimos partidos por lesión -sí que llega contra Nava-, dicen mucho del potencial de esta plantilla que descansa, además, sobre la mentalidad. Ya demostró su potencial durante la pretemporada, las dos primeras derrotas dejaron sensación de duda, aunque Nolasco lo acota todo a la “mentalidad”. Y también hecha mano de la memoria. “Cuando perdimos contra Guadalajara y Valladolid ya decía que el equipo trabajaba bien. Era una cuestión mental. Todo es trabajo y confianza de que nos van a salir bien las cosas”, señala.
Es más. Incide que esas derrotas “nos vinieron bien” y desvela que, a sus jugadores, antes de Puerto Sagunto les dijo que no miraran por esas cinco victorias, que se acordaran “de dónde venimos y lo que nos ha costado llegar hasta donde estamos ahora”.