HUESCA | Con el ataque del Bada Huesca a pleno rendimiento -30 goles al Barça en el Palau, 34 a Cuenca en El Sargal– ahora toca ajustar la defensa porque en menos encuentros se perdió. Contra el siete de Barcelona estaba claro, menos contra los manchegos. Ya se sabe aquello que el siete catalán está en la misma liga ASOBAL que el altoaragonés, pero es inalcanzable. Cuenca, no. Ese sí que es de la liga del equipo aragonés.
El próximo reto es Irún. Allí le espera Bidasoa. Allí quiere ser parte decisiva Ignacio Suárez. El vizcaíno tiene raíces guipuzcoanas por parte de madre. Siempre es un aliciente, pero finta cuando se le pregunta si hay ganas especiales. “Es un pique sano”, desliza. Tiene amigos en la escuadra irundarra, pero sobre todo le atrae medirse contra Bidasoa. En teoría, el primero de los mortales en las competiciones nacionales. Y la clave, también la zanja rápido: defender. La pasada temporada, en el Palacio, así se les ganó, con un 6:0 de kunzita.
“Los dos primeros partidos hemos jugado muy bien en ataque. No es fácil meterle tantos goles al Barça y al Cuenca en sus pistas. La clave es defender”, apostilla el central del Bada Huesca que cumple su tercera temporada a las órdenes de Nolasco y que es de esos jugadores con responsabilidad de dar un paso adelante. La presión, o más bien la responsabilidad, le gusta, “la llevo bien”, acota.
Como también lo lleva bien compartir el puesto con Miguel Malo. El canterano firma un inicio de temporada continuidad de cómo acabó la anterior: espectacular. E Ignacio se alegra. Es una competitividad sana. “Nos llevamos muy bien dentro y fuera de la pista”, desliza el bilbaíno que, enseguida se acuerda de Óscar, el otro central del Bada Huesca al que una lesión en el aductor de su pierna derecha que lo deja fuera varias semanas con lo que el cuerpo técnico pierde un importante cartucho.
Particularmente, Ignacio Suárez deja la importante de estar en su mejor temporada. La primera le sirvió para adaptarse; en la segunda, una lesión en el amistoso de pretemporada contra Burgos, equipo del que vino, trastabilló su evolución y ahora se siente mucho más seguro. Cuando se le pregunta por el bloque de esta temporada desliza sus fortalezas. “Tenemos una de las mejores parejas de la competición en ataque y tanto Meris como Rafa Paulo han entrado muy bien en el equipo”, subraya. Él sabe que está cumpliendo objetivos y el suyo no es otro que ser, hoy, mejor jugador que ayer.