Además del entrenamiento, también hay sensaciones. Y el Bada se siente fuerte para recibir este sábado (17.00, Movistar +) a León. Alberto Val no esconde que tras la clasificación para la final a 8 de la Copa del Rey el grupo está más animado, ha ganado en confianza y muestra seguridad de firmar un buen partido ante el siete de Guijosa.
Es uno de los rivales más duros de la Asobal. León ha construido un equipo curtido. Una amplia plantilla que le permite mantener un alto ritmo de juego durante los 60 minutos de cada encuentro. Enfrente tendrá un Bada que acaba de cerrar el último entreno de la semana con el convencimiento de que contra los grandes de la competición firma sus mejores partidos y cierta sensación de que “podemos rascar algo positivo”, en palabras de Alberto Val. Llega uno de esos partidos donde el pivote aragonés se pone en modelo ‘niño que come chocolate a la taza sin padres a su lado’. Ni lo esconde ni lo disimula. Le gustan los encuentros intensos, trabajados, duros en la defensa de los 6 metros como si no hubiera un mañana y nobles. Por si fuera necesario despejar dudas, así define a León: “Juegan muy fuerte y se tiran de cabeza en ataque”. Y si alguno se amilana ya está Guijosa, siempre vehemente desde el banquillo, para presionar. La segunda plaza que ocupa en la clasificación no le sorprende al pivote. La pasada temporada ya peleó por ella y en esta ocasión ha dado un paso más para tenerla.
La eliminación de Guadalajara en la Copa del Rey, que selló el pase del Bada a la final a ocho de este torneo que se celebrará en una ciudad aún por decidir, ha tenido cierto efecto balsámico en el siete de Nolasco que vive una temporada donde cada partido significa exprimir al máximo la toalla. Pocos encuentros ha ganado de forma cómoda. (Casi) siempre ha estado en el límite. Aquí lo de regular esfuerzos queda para otra ocasión. O para otra campaña. Val echa la vista atrás cuando militaba en el acorazado Naturhouse. Un bloque con fondo capaz de distribuir los minutos entre sus jugadores en la competición doméstica. Aquí es otra cosa. Además, la Asobal, si no fuera por la dictadura del Barça tiene un punto de equilibrio brutal, tremendo para el espectador. Pero nunca es lo mismo pelear así por ganar la liga que por ser el segundo o por entrar en la Copa del Rey.
Ese pase a la final a ocho y el convencimiento de que los buenos entrenamientos del equipo tienen que traducirse en un partido completo ante un grande ponen el nivel del optimismo de la plantilla en máximos. Val no esconde que “tenemos la flecha hacia arriba”. El encuentro arranca mañana sábado a las 17.00 y servirá, además, para rendir un homenaje del BM Huesca a Peña Guara en lo que va a ser el inicio de distintos acuerdos entre ambas entidades.