Bada Huesca tiene su mente puesta en la cita del doingo contra el Valladolid sobre el 40×20 castellano. Este martes ha retomado los entrenamientos con las bajas de Dijà y Adrià Pérez. El central ha entrenado poco. Al caer tras un salto ha vuelto a notar dolor en un tobillo y, por precaución, ha parado. En el caso del extremo tiene molestias desde el partido contra el Torrelavega y mañana estará en manos del médico Marco Escribano, exjugador del BM Huesca. En principio, Nolasco espera que sus molestias se queden en susto y pueda contar con ellos, así como con el lateral Frank Cordiés que se quedó sin minutos contra los cántabros por una lesión en su mano fuerte.
La derrota contra el Torrelavega no era esperada. Bueno, la realidad es que ninguna lo es. La tiranía de los números es, quizá, la mejor explicación. Con un 49 por cierto de acierto en el lanzamiento a la portería contraria es difícil de ganar. Eso es objetivo. Luego está el subjetivo. El de las decisiones arbitrales. El Bada Huesca sufrió 7 exclusiones de las que cuatro fueron en los últimos 18 minutos de juego. Todo eso metido en la coctelera aceleró la derrota.
El técnico José Francisco Nolasco niega estar preocupado por la situación del equipo. Siempre ha defendido que lo importante se cuece en las diez últimas jornadas, pero, sobre todo, defiende que su equipo es “competitivo”. Y esto le da fe en que la situación va a cambiar. Se aferra a aquello de que el trabajo debe dar sus frutos. Además, no se puede negar que Torrelavega es más que un buen equipo. Su posición en la ASOBAL está lejos de ser una sorpresa y durante los 60 minutos se le tuteó, llegó a manejar el siete altoaragonés rentas de +3 e incluso de +4, aunque fuera en ese caso más fugaz.
Si no le preocupa la situación del equipo en la tabla, sí que reconoce que “las cabezas de los jugadores” pueden ocupar ese lugar. Salvo Dijà a este Bada Huesca le falta jugadores con veteranía suficiente y en puestos importantes para ser decisivos de cara a llevar la redonda a la red contraria. Toca, una vez más, apretar los dientes y firmar un partido completo para alejar miedos y seguir aferrados a la competitividad.