El BM Huesca ha cambiado la pega por el rafting. Al menos, por un día. Una forma práctica de mejorar la convivencia, de estrechar lazos. El río Gállego ha sido el protagonista. Y los guías de la empresa UR Pirineos quienes han dado las indicaciones, han gobernado el timón y han puesto en algún apuro a los jugadores. Y todos la han gozado. Ha habido desgaste físico. Cuando al doctor Sarasa se le pregunta por la forma física de los jugadores de balonmano, siempre responde que son súper atletas. Así que el descenso sobre las aguas del río Gállego ha sido movido y duro. Había materia prima para exprimir. “La verdad es que han tenido un ejercicio intenso”, explica el técnico José Francisco Nolasco. “Casi todos han ido al agua”, añade. Quienes han hecho de la barca su castillo, Val y Ostojic. Con Quique Camas, Nolasco no lo tuvo tan claro. “Creo que también ha aguantado”, desliza entre risas.
“El objetivo es el de la convivencia. El río ofrece distintas situaciones de ayuda, de compañerismo, de remar todos en la misma dirección, en el mismo sentido. Es una metáfora clara de lo que tiene que ser el equipo”, explica el entrenador.
Senderismo y barranco antes de volver al rafting
El Bada Huesca no hacía rafting desde hace tres veranos. El año pasado hubo senderismo en las pasarelas sobre el río Vero con comida posterior en casa Gervasio, en Alquézar, y el anterior fueron al barranco de La Pillera con comida en Casa Luis de Nocito.
¿Y el cuerpo técnico ha hecho rafting? Pues no. Y es que, como dice Nolasco, alguien tenía que preocuparse de hacer las fotos y grabar los vídeos. Bea Ocaña, la responsable de prensa del club, se enroló para el rafting por lo que el cuerpo técnico tuvo que hace su trabajo. Y gustosos.. Sí que hace tres años, Nolasco subió a una de las barcas y confiesa que acabó muy cansado. Ahora, tras un miércoles de agua y río, toca descansar. El jueves regresan las triples sesiones de entrenamiento.