El Bada Huesca regresa esta tarde al Palacio con el objetivo de sumar los dos puntos en juego contra el Sinfin del histórico Garabaya. Los de Santander tienen un buen siete. La verdad es que en esta ASOBAL es difícil encontrar un equipo que no lo sea. La derivada es que se atisba a otro partido de 55 minutos de minar al rival para decidirlo todo en los últimos cinco minutos. Esta, la teoría. Luego ya lo que ocurra habrá que verlo.
El siete altoaragonés vive instalado en la necesidad de ofrecer un juego coral. Sigue pendiente de la aguja e hilo para coser su juego. Cuando gana, como ocurrió la pasada jornada en Cisne, el técnico José Francisco Nolasco insistió en la necesidad de seguir mejorando cosas, facetas del juego que son decisivos para vivir algún partido con cierta tranquilidad. Que su tropa le ‘compra’ el discurso está claro. Basta repasar entrecomillados de jugadores para encontrar cosas como falta de “confianza”, “necesidad de cohesionar el grupo” para hacerse una idea de que este equipo irá a más.
Nolasco insiste en la necesidad de llevar al mínimo las pérdidas de balones. Ya se sabe, redonda que se cae, contra letal de cualquier rival. Y allí, poco pueden hacer los porteros. Además, quiere mayor certeza desde los 7 metros y saber jugar en los momentos clave del partido. Esta tarde, otra oportunidad de mejorar ante un rival con el que empató en pretemporada y que sobre el 40×20 propondrán un ritmo muy distinto al ofrecido a finales de agosto.
El Bada Huesca se presenta a la cita sin Ian Moya, lesionado con un esguince de tobillo que le dejará fuera, también, en la siguiente jornada contra León. Del rival de esta tarde, Nolasco desliza que es un siete que hace las cosas fáciles y bien. Con una buena portería y defensa, con jugadores que “podrías estar también en cualquier otro equipo, que ha ganado a Benidorm y empatado con Anaita”, el técnico añade que necesitamos “correr, correr y correr”.