Ganar en Logroño sería muy importante para el Bada Huesca. No haberlo hecho nunca implica que supieran mejor los dos puntos en liza y tachar una pista del particular reto del siete altoaragonés. Desde que es equipo ASOBAL, el equipo oscense solo ha podido sacar del 40×20 riojano un empate. Todo lo demás, derrotas. Y alguna de ellas, abultada. Hay una cierta sensación de que se está ante una buena oportunidad de vencer.
El siete riojano no ha empezado fino. Es cierto que no cuenta con la armadura de otras campañas, pero los Serradilla, El Korchi, Kisselev, Cadarso, Dutra y compañía se la pueden liar a cualquiera. Eso sí, para este sábado parece que no estarán algunos de ellos. Cadarso y Dutra son bajas de larga duración. Y se suman a las de Palomino Kisselev, Ortiz y Romeo. Es cierto que tienen dos puntos en la tabla -conseguidos contra León- y que volvieron de vacío contra equipos como Cuenca y Granollers -nada extraño- y contra Sinfin -sorpresa en la primera jornada- como que tienen que enderezar el rumbo. Pueden poner pie en pared contra cualquiera. Y saben que contra el Bada Huesca tendrán que desplegar un buen balonmano, más con las bajas que deslizan, si quieren ganar.
Lo mismo le ocurre a un Bada que viajará sin Dijà por lesión. La clave volverá a ser no perder balones. Los errores contra equipos así penalizan mucho. Dejarles correr por errores propios es lo que no quiere Nolasco. El pivote Iván Montoya subraya que “Logroño es un rival difícil, que sabe competir y de los que va a estar arriba. Lo que tenemos que hacer es lucharlo e intentar ganarlo”.
El pivote del Bada Huesca se encuentra en un momento dulce de juego y de poso en el equipo. Es una de las principales referencias en ataque y en muchas ocasiones ‘el desatascador’. Los rivales lo saben y suelen poner el foco en su juego cuando describen los puntos fuertes del ataque del Huesca. El pivote busca hueco para el lanzamiento de sus compañeros, es garantía de gol cuando coge el balón, saca siete metros y exclusiones rivales. Esa combinación es su peligro para el rival.
Iván Montoya, 23 años y bastante cerebral en cada una de sus aseveraciones, se aleja de ese dato de que el Bada Huesca no ha conquistado los dos puntos en juego sobre ese 40×20. Lo orilla y se queda con que “tenemos que ganar”. Eso sí, sabe de la dificultad de hacerlo contra un equipo joven y que sabe competir… “como nosotros”.