Corría el año 1991 y un joven Sergio Dalma luciendo pelazo cantaba aquello de que: bailar de lejos no es bailar, es como estar bailando solo.
Tras ver el partido de hoy se me antoja que si cambiamos el bailar de la canción por un jugar, podríamos obtener una imagen bastante fiel de lo que hemos visto durante el encuentro ante el Getafe.
Podríamos decir algo así como que jugar de lejos no es jugar. Es decir, mirar cómo centra Damián y después rematan dos veces dos delanteros diferentes en el área, jugando con tres centrales, da pie a pensar que, o se encontraban guardando la distancia de seguridad preceptiva actual por covid para algunos espacios, o que no estábamos muy preparados para bailar.
Cabría pensar que hemos ido al baile, pero bailar, lo que se dice bailar, sólo ha bailado el Getafe. En las marcas, en las disputas, en las segundas jugadas, en las ayudas… siempre hemos estado más predispuestos para la macarena que para el tango.
El Getafe, sin embargo, estaba esperando desde la primera canción que sonasen las lentas. Normalmente en una sesión se hacen esperar un poco, pero en ésta han empezado pronto. Y allí el Getafe se ha manejado con total maestría. Bordalás, que seguro que se acordaba de la canción de Sergio Dalma, se había preparado para la ocasión. Vestido como un pincel y con el pelo engominado estaba más que listo. Él si que tenía claro que bailar pegados es bailar.