Las dudas vuelven a aparecer en el Real Zaragoza. La llegada de Juan Ignacio Martínez a La Romareda parecía abrir un camino de esperanza para los blanquillos. Aunque, como se suele decir, «que poco dura la alegría en casa del pobre» y los maños siguen con el agua al cuello para salir del descenso. Enero era un mes para aprovechar y asegurar puntos, pero una vez más las oportunidades han pasado y los puntos se han dejado por el camino con rivales directos.
JIM ha realizado un buen trabajo sumando 14 puntos de los 27 posibles. Sin embargo, estas cifras no han sido lo suficiente para ver realmente un cambio en el Real Zaragoza. No hay que olvidar que los refuerzos en el mercado de invierno tampoco han colaborado en esta situación. Se puede empezar a hablar de fracaso sin adelantarnos. Cualquier aficionado zaragocista que mire el calendario y la clasificación se hace una pregunta: ¿qué ocurrirá cuando nos toque jugar con los de arriba?
Cada temporada, la Segunda División es más complicada, sinónimo de que el ascenso es más difícil. En este curso al Real Zaragoza no le acompaña ni la suerte, ni el juego. Los jugadores no ayudan a mejorar, teniendo altibajos y viéndose superados por sus rivales. A estas alturas de temporada, con mucho en juego, la plantilla se está cargando la mejora de JIM sin dar continuidad. Se ha perdido la confianza y las buenas sensaciones del equipo con unos cambios que no se acaban de entender, como ocurrió en Oviedo.
Vuelta a empezar
Lo mejor que le puede pasar al Real Zaragoza es que se termine la temporada. Tres entrenadores y 27 puntos en 28 jornadas es algo que no se puede permitir un club tan grande con tanta masa social. Ahora mismo, mientras la afición sufre por un posible descenso a Segunda División B, que parece real, la directiva blanquilla continúa sin dar explicaciones.
En lo deportivo, a un punto del descenso, el Real Zaragoza no tiene margen de error. Jugadores y cuerpo técnico, conscientes de la situación, no han hecho un giro radical para demostrar que pueden. La duda de salvar la categoría empieza a ser verdadera. Este sentimiento no puede dejarse morir, por lo que los zaragocistas piden por favor, a partir de ahora, no dejarse pisotear y pelear en todos los partidos para aspirar a mitad tabla.