ZARAGOZA | Y llegó el parón de febrero para Casademont Zaragoza. Quizás un impasse demasiado largo por lo que significa -no estar en la anhelada Copa del Rey de Gran Canaria- pero que, con todas las emociones vividas las última semanas, no viene mal. A veces toca parar para volver más fuerte y, aunque todavía no sea momento, es inevitable hacer un ejercicio de análisis de la situación y lo que lleva el cuadro rojillo de temporada.
A día de hoy, el equipo maño se encuentra con 10 victorias y 10 derrotas en competición liguera, lo que le hace ocupar el noveno puesto de la tabla clasificatoria. Empatado con un ilustre en horas bajas, como lo es Baskonia, y a tan solo un triunfo de estar en ‘playoffs’. Es el conjunto que más tiros de dos convierte, el segundo más anotador, el cuarto más reboteador y el quinto más asistente. A simple vista, la situación es buena y permite ser optimista de cara a lo que resta de competición. Pero, a veces, hay que echar la vista atrás para no cometer los mismos fallos.
Buen ataque, mala defensa
Los primeros cinco partidos de la ACB sirvieron para despejar muchas dudas sobre el juego de una plantilla que contaba con más de 5 jugadores nuevos respecto a la anterior campaña. En ataque todo era color de rosas: velocidad, sistemas rápidos, buenas decisiones y multitud de opciones. El propio Fisac ya comentaba por aquel entonces que uno de los objetivos era “hacer disfrutar” al Príncipe Felipe. Sulejmanovic y Trae Bell-Haynes cogían las riendas, mientras Dubljevic y Bango daban síntomas de ser diferenciales.
Sin embargo, en el otro aro iban creciendo poco a poco los enanos. Una media de más de 97 puntos encajados por encuentro hacía prácticamente insostenible la idea y obligaba a mejorar. Con estas idas y venidas, Casademont Zaragoza ganó en su feudo al recién ascendido Hiopos Lleida y a Joventut de Badalona por la mínima. En las visitas a Madrid, Murcia y Coruña no corrió la misma suerte, siendo esta última la caída más dolorosa en cuanto a sensaciones: 110-86 en un partido para olvidar.
Noviembre y diciembre casi perfectos
Tras el dudoso inicio -propio de una plantilla todavía por conocerse- los de Fisac alcanzaron su mejor juego en noviembre y diciembre. Dos meses de ensueño que sumaban un balance de 6 victorias y 2 derrotas. Todo comenzaría con la paliza histórica a Río Breogán por 111 -53 que quedará para siempre en la retina de los espectadores. Después vino la derrota -lógica- en la Fonteta ante un superior Valencia.
![Contra Río Breogán se consiguió un triunfo histórico. Foto: Casademont Zaragoza](https://www.sportaragon.com/wp-content/uploads/2025/02/54113081995_89aa441a09_h.jpg)
Tras ello, y con Yusta vistiéndose de superhéroe nacional en las Ventanas FIBA de por medio, llegarían cuatro victorias seguidas donde el equipo mostró su mejor versión. El colofón fue la gesta frente al Barça por 108-95 en otro día grande en el Pabellón Príncipe Felipe (el parcial de la segunda parte fue de 67-48). Además de los culés, Casademont Zaragoza en esta senda triunfal también fue el verdugo de Baskonia, Surne Bilbao Basket y Morabanc Andorra -la primera fuera de casa-.. El año terminaría con la caída en la visita a Dreamland Gran Canaria, donde se tuvo canasta para el tiempo extra, y la contundente victoria en casa frente a Básquet Girona por 28 puntos.
Esta gran racha hizo que los rojillos comenzasen el año en sexta posición, con un balance total de 8 triunfos y 5 caídas, empatado con Joventut de Badalona y por delante de plantillas como la del Barça, Baskonia o UCAM Murcia. Durante estos dos meses, la cifra de puntos encajados por partido descendió hasta los 82, 15 menos que en los primeros 5 partidos. También irrumpió la figura de Jilson Bango, una sorpresa muy satisfactoria de un fichaje del que quizás no se esperaba tal rendimiento inmediato. El angoleño promedió en diciembre 23.4 créditos de valoración por encuentro, lo que le permitió conquistar el MVP del mes. Faltaban poco más de cuatro semanas para la Copa del Rey y todo corría a favor de los maños. La única mala noticia de estos meses fue la lesión de Bojan Dubljevic.
Caída y adiós al sueño copero
“Es el peor calendario navideño de que he tenido en mi vida”, avisaba Fisac. Y razón no le faltaba al técnico segoviano. En 11 días, entre Liga Endesa y Fiba Europe Cup, los maños disputaron cuatro partidos, tres de ellos como visitantes. El año empezó con una doble derrota frente a La Laguna Tenerife y Unicaja de Málaga, dos de los conjuntos más en forma de la competición. Pese a ello, las opciones coperas se seguía dependiendo de sí mismo, aunque las balas se comenzaban a acabar.
Tras una meritoria victoria en Bursa en FIBA Europe Cup que servía para inaugurar el casillero de triunfos en 2025, se llegaba al que, probablemente, era el partido más importante en mucho tiempo. Ante su gente, con un pabellón abarrotado, los aragoneses buscaban una victoria ante BAXI Manresa que les hacía tener pie y medio en Gran Canaria. Ese triste y doloroso capítulo ya sabemos todos cómo terminó, una pena que una oportunidad así se escapara por temas ajenos al juego. Con el letargo del último encuentro liguero todavía muy presente, se perdió también en Granada. Ya era oficial, Casademont Zaragoza se había quedado fuera de la Copa del Rey. Tan cerca y tan lejos a la vez. El balance de la primera vuelta se quedaba en 8 triunfos y 9 derrotas en 17 jornadas.
Últimos tres partidos y “caso Bango”.
Tras este gran mazazo apareció otro: la salida de Jilson Bango a un equipo Euroliga era cada vez más real. Aún así, a finales de enero se lograría la primera victoria liguera del año, esta vez en la visita a Morabanc Andorra. Había que reconducir la situación. También sucedió otra buena noticia: Bojan Dubljevic reaparecería tras una recuperación en tiempo récord. Luego llegaría la caída en casa ante UCAM Murcia, uno de esos encuentros que esperas no tener que lamentar al final de temporada.
Al final, tras el partido ante los murcianos, Jilson Bango dejaba el club para unirse a Fenerbahçe. Una pérdida muy grande y dolorosa, pero esperada. Esto último, sumado a la gran cantidad de dinero que dejó en las arcas quizás hizo que su pérdida no fuera tan apocalíptica como parecía. Por último, hace escasos días llegaría el importante triunfo a domicilio ante un renovado Bàsquet Girona, donde la plantilla recuperó la sonrisa. En las últimas jornadas, Barça, Baskonia y Unicaja habían caído en Fontajau. Por último, se anunció a Nate Watson, que fue firmado en escasos días en una buena -y rápida- maniobra de la comisión deportiva.
Lo que resta de temporada
Ahora, Casademont Zaragoza cuenta con algo más de 20 días hasta el próximo partido liguero ante un Valencia que disputará este fin de semana la Copa del Rey. Tiempo de sobra para analizar errores, mejorar aspectos y , sobre todo, preparar un final de campeonato en donde se decide todo. Pese a que alguno de sus jugadores acude a las Ventanas FIBA con sus respectivas selecciones – el caso de Yusta y Jaime Fernández con España, por ejemplo- los de Fisac deben trabajar duro para llegar en las mejores condiciones posibles.
El conjunto maño, en poco más de 6 meses, ha tocado el cielo y el suelo, pero no hay tiempo para festejos ni lamentaciones. El pasado es imposible de cambiar, y ahora hay que centrarse en lo que vendrá. 14 jornadas de Liga Endesa -con la fase final de FIBA Europe Cup de por medio- que prometen tener un ritmo frenético y donde será muy difícil no salir atropellados. Habrá momentos malos y otros buenos, pero la experiencia habla por sí sola: la regularidad marca la diferencia. En el horizonte final, los playoffs de la Liga Endesa.