Sólo desde el talento innato de alguien nacido para regalarnos momentos como el de hoy se puede lograr la victoria en una etapa de montaña del Tour del Porvenir lanzando un ataque a unos 50 kilómetros de meta, ataque que fue secundado por algunos de los más fuertes de la prueba como Hirschi, Champoussin, Osorio o Dunbar. Pero sólo alguien con una mentalidad y un físico privilegiados puede lanzar un nuevo ataque cuando la fuga iba a ser neutralizada. Era, y así fue, el ataque definitivo de Fernando Barceló, casi coronando Chapelles, el momento ideal, ese que mezcla la relajación de quien se cree cazador y el instinto de supervivencia de quien se ve cazado. Coger esos segundos de diferencia para coronar en solitario y descender a tumba abierta para ampliar de nuevo la diferencia.
La fase final de esta lucha tuvo lugar camino de la meta de Val d’Isère. Fernando Barceló al comando y en solitario. Por detrás junto al luxemburgués Ries tiraba Tadej Pogacar, el intratable líder esloveno que tuvo que asumir la responsabilidad de la caza para mantener un maillot amarillo que por momentos parecía poner en jaque el oscense. Obviamente la deferencia se reducía paulatinamente pero como Fernando además de talento incorpora una brillante calculadora, jugó con su ventaja para no ceder en esta larga ascensión y así levantar los brazos en la que seguramente haya sido la victoria de su vida hasta el día de hoy.
Esta épica victoria le transporta hasta la cuarta posición en la general, situándole a 1:23 del esloveno pero a tan sólo 16 y 6 segundos de la segunda y tercera plaza respectivamente. Para mañana tenemos la última y decisiva etapa entre Val d’Isère y Sant Colomban-Des-Villards. 150 kilómetros que tienen de salida al mítico Col de L’Iseran (2.770 m), y que tras un larguísimo descenso llevará a estas jóvenes promesas del ciclismo mundial al exigente Col du Chaussy (13 kms al 8%), donde tras su descenso se afrontará la ascensión hasta la meta de Sant Colomban, en plena ladera norte del histórico Col du Glandon.
La estrategia para la jornada dominical deberá de ser cambiada. Se viene de tres etapas de montaña de muy corto kilometraje, con esfuerzos explosivos a los que hay que sumar el alto ritmo que durante todo el Porvenir se está llevando, por lo que con un Iseran de salida que no presenta excesivas dificultades y un eterno descenso todo parece indicar que la batalla se retrasará hasta las duras pendientes de Chaussy, donde el trabajo de los compañeros volverá a ser clave, entre ellos el de Jaime Castrillo que hoy se ha caído a consecuencia de una montonera. Esperemos que Fernando mañana vuelva a tener de su lado la inspiración suficiente para poder asaltar el podium de este Tour del Porvenir, y porque no ganar, la machada de la que hace unos días avisó el seleccionador Momparler.