Tal día como hoy hace siete años, un 28 de mayo de 2013, Basket Zaragoza hacía historia clasificándose para las semifinales de la Liga Endesa en sus primeros Play Off. El equipo maño daba la sorpresa venciendo a Valencia Basket en el tercer partido de la elimininatoria en La Fonteta.
Fue una temporada que comenzaba, ya con el equipo asentado en ACB y no teniendo problemas para mantenerse desde su último ascenso, con el objetivo de poder disputar Play Off y/o Copa del Rey. Se buscaba dar un paso más en el proyecto tras varios años rozando los ocho primeros puestos. Y se consiguió con creces: los zaragozanos disputaron su primera Copa del Rey a la que se clasificaron a falta de una jornada e incluso rozaron el puesto de cabeza de serie en los Play Offs. Sin duda una temporada que ya quedaba para la historia, pero aun quedaba lo mejor.
Primer partido, dolorosa derrota
Con los objetivos ya cumplidos más que de sobras solo quedaba disfrutar. El equipo afrontaba los cuartos de final de la ACB sin presión alguna pero con ganas de demostrar de que aun eran capaces de más. Fue algo que desde luego no se vio reflejado en el primer partido: no se sabe si la falta de experiencia en una cita así o quizás el cansancio acumulado provocó un batacazo que nadie se esperaba en forma de 80-42 en contra. Un palo muy duro. Parecía que la temporada quedaba vista para sentencia.
El empate en el Felipe
Pero aun quedaban dos partidos y todo era posible. El primero de ellos, en el Príncipe Felipe, aquel donde sólo Madrid, Barça y Estudiantes habían logrado vencer esa temporada y se había convertido en un fortín para aquel CAI Zaragoza. Y vaya si lo fue ese día. La afición rojilla apretó durante los 40 minutos de partido más las dos prórrogas consiguientes en un partido que puede ser probablemente el más recordado de la historia del club. Más aun que el tercero, en el que se consiguió el pase a semifinales. El triple de Rudez en la esquina, un Pablo Aguilar desatado y un encuentro que parecía no acabar nunca, pero que acabó y supuso que los pupilos del gran José Luis Abós empataran la eliminatoria y afrontaran el partido decisivo con una moral por las nubes.
Pese a la machada unos días antes, el primer partido aún pesaba y Valencia Basket, por plantilla, por historia, y por muchas otras razones seguía siendo favorito para llevarse el pato al agua. Pero no fue así. La actitud con la que salió el conjunto maño no se parecía en nada al último partido en La Fonteta. Los jugadores rojillos hicieron sus papel, mantuvieron la cabeza fría en los momentos decisivos y para sorpresa de todos, se llevaron la eliminatoria. Los aficionados taronjas no se lo creían, e incluso soltaron algún que otro improperio a algún jugador caísta que posteriormente acabaría en su equipo. Pero eso es caso aparte, lo importante es que el CAI Zaragoza había logrado lo que nadie esperaba, dando otro paso en una temporada para el recuerdo.
Por desgracia tendría el final poco después, ya que el Real Madrid no dio opción a los rojillos a un premio mayor eliminándolos a las primeras de cambio con un 3-0. Pero a nadie le importaba eso. Ese CAI Zaragoza había hecho historia.
Este partido y esa temporada en general tuvieron un efecto positivo sin duda en unos años posteriores en los que el equipo fue habitual entre los ocho primeros y en competiciones europeas. Y a pesar de unos años difíciles en los que se rozó el descenso, esa grandeza que se creó aquel día (además del gran trabajo realizado en el club) ha supuesto que se considere a Basket Zaragoza un club de Play Off más que de la zona baja y que al final con Pep Cargol y Porfi Fisac al mando, hay vuelto al sitio donde debe estar.