“¡Qué bueno que viniste, Bebé!”, aclaman las gargantas zaragocistas. No es para menos. El luso-caboverdiano llegó como aquel que llega tarde a un sitio, con la boca pequeña y por la puerta de atrás. Pero rápidamente dio un pisotón, de esos que se dan en el césped, para que todo el mundo lo notara: Bebé estaba aquí. Por suerte.
La ventana de fichajes invernal se cerró con un sabor amargo en Zaragoza. En el último suspiro se anunció la contratación de Tiago Bebé, sin ilusionar en exceso. No obstante, con su primera intervención ya superó todas las expectativas. Pronto se ganó el puesto de titular imprescindible y el reconocimiento de la afición, para quien ya es un ídolo.
Todas las piezas son importantes en un equipo, sin embargo, el rendimiento del Real Zaragoza depende ahora del buen estado de forma y del acierto de una persona: Tiago Manuel Dias Correia. Su refuerzo ha dado vida a la plantilla y es una de las mejores incorporaciones invernales de las últimas temporadas.
Cifras que ratifican a Bebé
Los datos hablan por sí solos. El portugués ha participado en 7 partidos, sumando un total de 560 minutos y ha visto portería en 3 ocasiones (0,48 goles cada 90 minutos). Por su parte, el otro gran protagonista del conjunto maño y máximo goleador del equipo, Giuliano Simeone, ha anotado 7 en 2.438 minutos (0,26 goles por partido).
La relevancia del internacional de Cabo Verde en el campo es impresionante. En menos de dos meses, ya está por encima de los números del resto de recursos ofensivos. 30 disparos (casi cinco por partido), 33 regates, 43 progresiones en carrera o 112 duelos en ataque ganados, es decir, más de 6 por encuentro.
Trascendencia y virtudes
El tiempo vale oro y Bebé no quiso perderlo. Su rendimiento fue inmediato. Con media parte en Andorra bastó para rentabilizar su fichaje. Llegar y besar el santo. En su estreno zaragocista dio el gol de la victoria a los de Fran Escribá en el minuto 93. Su segunda diana fue en la siguiente jornada en la Romareda. No sirvió de mucho, pero fue un auténtico golazo desde fuera del área. El de la dignidad. En los cuatro siguientes no consiguió anotar, pero fue peligroso y ante el Leganés participó en la jugada del tercer gol. El último tanto, la semana pasada en el Alcoraz, permitió ponerse por delante en el marcador, aunque el equipo terminó empatando. Siendo estrictos, sus goles han dado 4 puntos a los maños.
Inconformista y valiente, es un jugador diferencial, para muchos entre los mejores de la categoría. Un líder capaz de tirar del carro en solitario. Su calidad se aprecia a distancia: potencia, fuerza, velocidad, verticalidad, regate, golpeo y gol. Le sobra la confianza en sí mismo para pedir la pelota constantemente y buscar el disparo sin importar lo lejos que quede la portería. Todas esas virtudes le hacen ser el peso pesado del equipo y su presencia ha cambiado al Real Zaragoza, que desde su llegada depende demasiado de las obras e inventos del ‘4’.
Su ausencia
Una vez lo tienes, cuesta vivir sin él. Los blanquillos tuvieron que jugar sin su estrella este domingo, pues está concentrado con su selección en Sudáfrica. La intención era que regresara ante el Albacete, pero no le dieron permiso y ahora volverá justo para el viernes. Su titularidad no está clara y parece más probable que sea suplente y salga desde el banquillo en Valencia. Con su ausencia, el Real Zaragoza pierde calidad y competitividad, el gol es una tarea más complicada. De hecho, el domingo fue un defensa el encargado de poner el 1-0.
El atacante de 32 años encarna todo lo que necesita el Real Zaragoza. Con contrato solo hasta final de temporada, Bebé está demostrando su mejor nivel. Muchos equipos ya han puesto el ojo en él y es prácticamente inviable que siga el año que viene en la capital aragonesa. Aunque su estancia sea corta, ya ha dejado huella.