Miguel Gracia, presidente de la DIputación de Huesca, ha argumentado en el la clausura del II Coloquio Internacional de Refugios Pirenaicos organizado en Benasque por la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) que “el tirón y revulsivo que ha cobrado en los últimos años la práctica de deportes de montaña e instalaciones como los refugios de montaña ha de ser aprovechado para trasladar a quienes viven en las grandes ciudades que la práctica de estos deportes en la montaña es posible porque hay vecinos que viven y trabajan en estos pueblos de montaña y esto contribuye a mantener el territorio vivo”.
Así lo ha explicado en este foro que se celebra en el marco del proyecto de cooperación transfronteriza InturPYR. acerca de Innovación turística para un destino único en el corazón de los Pirineos. Unas 150 personas de todo España con especial presencia de territorios con montaña y de personas -guardas de refugios, federativos de varias comunidades autónomas, agentes de turismo- del sector, han asistido durante dos días a este encuentro.
“La Diputación de Huesca ha tenido claro que los refugios de montaña han sido un recurso generador de actividad económica para esta parte del territorio”, ha dicho Miguel Gracia. De hecho, la institución provincial, aún sin tener competencia propia de la Diputación de Huesca, viene aportando inversión para estas infraestructuras desde finales de los años 80, en tres planes de refugios consecutivos y otras actuaciones directas, en las que, si bien a veces se ha contado con la colaboración de otras administraciones,en otras ocasiones la financiación ha sido solo de la administración local y la FAM.
Un ejemplo de este último tipo de actuaciones ha sido la reciente finalización del refugio de Cap de Llauset, posible gracias a un convenio con el Ayuntamiento de Montanuy y la cofinanciación únicamente entre la administración local y la Federación Aragonesa de Montañismo. Las tres instituciones (Ayuntamiento, Diputación de Huesca y FAM) que a finales de septiembre pasado inauguraron las 86 plazas de las que dispone el que es el refugio guardado más alto del Pirineo aragonés, a 2.425 metros de altura.
Miguel Gracia ha recordado en este sentido el valor y compromiso de las personas que trabajan en los refugios de montaña y su actitud de respeto hacia el entorno, siempre con la máxima de ofrecer un buen servicio a quienes llegan hasta estas infraestructuras. De hecho, en el año 2017 estos refugios de montaña, 15 en el Pirineo aragonés, albergaron 100.000 pernoctaciones, una cifra que sin lugar a dudas denota el interés de la práctica deportiva en montaña y la necesidad de ofrecer instalaciones y servicios de calidad.
El presidente de la Diputación de Huesca, que ha estado acompañado por varios responsables de la FAM, como su presidente Luis Masgrau, y el de la sección de refugios, Sergio Rivas, así como por el alcalde de Benasque, José Ignacio Abadias, y el vicepresidente de la Comarca de La Ribagorza, Eusebio Echart, se ha referido también a la importancia de que se creen “sinergias y complicidades entre quienes practican el montañismo y las personas que viven y generan con su trabajo y residencia los paisajes de este territorio del que hoy pueden disfrutar los montañeros y público en general”.
El coloquio ha puesto en valor los proyectos transfronterizos que se llevan a cabo entre administraciones, las relaciones comerciales de ahora y anteriores, la propia red de refugios que permite a los montañeros recorrer los Pirineos franceses y oscenses, así como otros ya anteriores, como los hospitales de montaña, como el de Benasque ahora reconvertido como instalación hotelera, que eran usados para dar cobijo alimento a viajeros que por motivos comerciales recorrían estas montañas o a los peregrinos que lo hacían por motivos religiosos.