Se cumple un cuarto de siglo desde que vio la luz el Comité Paralímpico Español (CPE), un organismo que cambió el destino de nuestro deporte para hacerlo más justo e inclusivo. Y la aragonesa Teresa Perales es una de las mejores deportistas españolas de todo los tiempos y la mejor paralímpica de nuestra historia. “Junto al CPE hemos recorrido el camino juntos. Llevo 22 años compitiendo con la selección española. Todos juntos hemos disfrutado creciendo y aprendiendo. Tenemos mucha historia compartida”, remarca la laureada nadadora.
Perales ha logrado 26 medallas. ¿Con cuál se queda? “Todas las medallas son importantes porque requieren mucho esfuerzo. La primera que gané, la primera de oro, la primera con la que hice récord del mundo, la primera que me vio ganar mi hijo y la de oro que gané en Río, que fue la más difícil”, subraya. Con todo lo que ha ganado, su ambición sigue intacta.
“El objetivo para Tokio es clasificarme otra vez”, subraya Teresa Perales. El Covid-19 ha complicado la agenda deportiva. No hay tantas competiciones ni tantas posibilidades de clasificarse. “Y la logística familiar también se complica porque los abuelos no pueden ayudar a cuidar de los hijos. En principio me planteo tres pruebas, pero mis rivales cada vez están mejor y yo me mantengo. El objetivo es entrar en las medallas”, indica.
A los 44 años sigue lanzándose cada día a la piscina con las mismas ganas de siempre. “A mi hijo le gusta que mamá compita y sea campeona. También el recuerdo de los momentos bonitos que ha vivido junto a los compañeros. Quiero seguir sintiendo esa adrenalina, el olor a cloro más intenso con el ruido del público en la competición. Y el sueño de estar arriba en el podio para compartirlo con la gente que me quiere y que me sigue”, recuerda la nadadora aragonesa.
Forman parte del CPE las 14 federaciones deportivas españolas con modalidades incluidas en el programa oficial de los Juegos Paralímpicos, así como dos federaciones no paralímpicas.
Pero no siempre fue así. Antes había 4 federaciones de discapacitados y todo se hacía de forma segregada. Un primer gran paso fue el proceso de integración de los deportes en la federaciones nacionales e internacionales, como por ejemplo el ciclismo con la RFEC y la UCI. Fue un necesario proceso de integración.
El segundo cambio importante fue la creación del ADOP (Plan de Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico), concebido por primera vez para los Juegos Paralímpicos de 2008 en Pekín. A imagen y semejanza del plan ADO creado para Barcelona’ 92. Se creó durante el mandato de Miguel Carballeda, presidente del CPE desde 2004 y reelegido recientemente. El ADOP “pone a disposición de los deportistas paralímpicos todos los recursos necesarios para que puedan hacer de la preparación y el entrenamiento la actividad principal de sus vidas. Y eso solo es posible gracias a la aportación generosa de un grupo de grandes empresas españolas, lo que nosotros llamamos la Familia Paralímpica”, relata Carballeda.
Una fórmula de éxito
España suma la espectacular cifra de 694 medallas, entre Juegos Paralímpicos de Verano (651) y de Invierno (43). De todas ellas, 223 son de oro, 237 de plata y 234 de bronce. Nuestro país inauguró el medallero en Tel Aviv (1968). La explosión definitiva fue en Barcelona ’92 (107 medallas), una cifra que sigue ostentando el récord. Atlanta ’96 y Sidney ’00 también superaron el centenar de preseas.
Por deportes, la natación es el deporte más exitoso, con 338 metales. Le siguen el atletismo (195) y el ciclismo (43), con el resto de las disciplinas a mucha más distancia.
Balance y retos futuros
El presidente del CPE, Miguel Carballeda, hace un balance de lo conseguido hasta el momento. “Hemos conseguido grandes avances en cuanto a la profesionalización de los deportistas paralímpicos, en cuanto al nivel de conocimiento que la sociedad tiene sobre el deporte paralímpico y el efecto que esto ha tenido en la concienciación hacia las personas con discapacidad en general y en lo que se refiere al apoyo institucional, al apoyo de los patrocinadores y en la presencia y notoriedad en medios de comunicación”.
Sin embargo, Carballeda considera que hay que avanzar más. “Todavía es insuficiente y no debemos cejar en el empeño de seguir llevando nuestro mensaje a cuantas más personas mejor con el fin último de lograr una sociedad más justa, inclusiva e igualitaria, en la que las personas con discapacidad tengan igualdad de oportunidades como los demás. ¡Vale la pena!”.