Por todos es conocida la gran vinculación creada entre la ciudad de Zaragoza y el futbolista Borja Iglesias. El delantero solo pasó una temporada en la capital del Ebro pero su cariño permanece entre los aficionados del Real Zaragoza. Su rendimiento deportivo, siendo pichichi del equipo y aportando goles claves a lo largo de la temporada, le convirtió en el ídolo de la afición zaragocista.
Más allá de eso, su adaptación a la ciudad no pudo ser mejor. En numerosas ocasiones se le veía pasear por el centro de Zaragoza con su pareja, con la que también era un habitual en los partidos de basket de Tecnyconta. La afición del Real Zaragoza no desaprovechaba estas oportunidades para fotografiarse con él y elogiar a su ídolo.
Sus lagrimas cuando el Real Zaragoza cayó eliminado de los play off de ascenso dejaron claro que la vinculación de Borja con el equipo y en la ciudad iba mucho más allá de una relación puramente profesional. Su sentimiento por los colores ha seguido patente una vez que su cesión en Zaragoza terminó. Ahora, en las filas del Espanyol, Borja se ha hecho socio del Real Zaragoza y no duda en pasarse por la Romareda a ver los partidos de su ex equipo o quedar para cenar con los que fueron sus compañeros hasta hace pocos meses. De hecho, uno de los fichajes zaragocistas de esta temporada, Álvaro Vázquez, se decidió por llegar al club tras las buenas referencias aportadas por Borja.
Además, Iglesias siempre ha sido muy cercano con la afición a través de las redes sociales. Seguro que en su Twitter e Instagram no faltarán las fotografías del próximo sábado 6 de octubre cuando le sea concedido el título de “Hijo Adoptivo” de Zaragoza. Este es un reconocimiento que otorga el Ayuntamiento con motivo de las Fiestas del Pilar, justo antes del pregón. Junto con la Medalla de Oro de la Ciudad es uno de los grandes reconocimientos de la ciudad. ¡Felicidades, Borja!