La SD Huesca consiguió el pasado viernes tras la disputa de la vigésima jornada de liga dejar la portería a cero lejos de su estadio por segunda vez esta temporada.
Diez jornadas después lejos de su estadio, la SD Huesca consiguió mantener la portería a cero, como ya sucedió en la jornada inaugural del campeonato con el empate a nada obtenido en Santo Domingo ante la AD Alcorcón. Nada más y nada menos que 20 jornadas ligueras han tenido que pasar para no volver a encajar goles lejos del Alcoraz y, como ya sucediera en aquella ocasión, el resultado final fue de empate sin que se moviera el marcador.
Que los equipos crecen en esta Liga 1|2|3 haciéndose fuertes atrás es un hecho -que se lo pregunten al Getafe de Bordalás- y Juan Antonio Anquela que en esto ya lleva tiempo, también lo sabe. Es por eso que tras el empate sin goles cosechado en Soria valoró positivamente el haber conseguido echar el cerrojo en la portería fuera de casa, tras casi toda una primera vuelta sin haberlo conseguido.
Como ya ocurriera en la primera jornada en Alcorcón, emergió una figura por encima de todas -la de Sergio Herrera-, que con sus destacadas intervenciones posibilitó el punto conseguido. En esta ocasión el conjunto azulgrana adoleció de algo más de mordiente en ataque, contando sus ocasiones con pocos dedos de una mano. Recordar que en aquel partido inaugural el equipo oscense erró no menos que cuatro ocasiones muy claras para haber perforado la portería rival, pudiendo haber encajado algún gol también en las claras ocasiones que entre el rival y Sergio Herrera se encargaron de no materializar y desbaratar.
Es por tanto un hecho y negarlo sería de necios que los equipos se consolidan desde una seguridad defensiva pero, a pesar de ello, la SD Huesca sufrió en demasía tanto a balón parado como en centros laterales -casi todos por la banda de Alexander-. Pero lo que dejó una sensación más agridulce fue la falta de chispa que el equipo evidenció de tres cuartos para arriba. Seguramente, las condiciones del terreno de juego y la inactividad por las vacaciones hicieron mella en un equipo que nos tenía acostumbrados a un juego más vistoso y alegre del que ofreció en Los Pajaritos.