ZARAGOZA | Brianna Fraser ha aterrizado con fuerza en el Casademont Zaragoza. La jugadora estadounidense, que ya ha disputado dos partidos con el equipo, está encantada con su nueva etapa en España y, sobre todo, sorprendida por el apoyo de la afición rojilla. “Fue una locura la afición que vino el domingo por la mañana al pabellón. Nunca había visto algo así y me han dicho que puede haber aún más gente”, confesó con asombro en su presentación.
Fraser, que ya conocía al club antes de su fichaje por sus participaciones en la Euroliga, se ha sentido arropada desde el primer momento por sus compañeras. “Me están ayudando mucho a adaptarme al juego y al entorno”, explicó. Además, destacó la labor del técnico Carlos Cantero, quien le ha transmitido tranquilidad para que desarrolle su juego sin presión. “Me pide que ayude en todo lo que pueda, pero sin forzar, que juegue a lo mío”, afirmó.
La estadounidense se define como una jugadora dinámica y versátil, capaz de alternar el juego interior y exterior. “Soy una pívot móvil, puedo tirar, conducir hacia la canasta y jugar de espaldas. También defiendo bien”, analizó sobre sus propias cualidades.
En sus primeros días en el equipo, Brianna Fraser ha tenido tiempo de fijarse en el talento de sus compañeras y ha destacado a una jugadora por encima del resto. “Helena Pueyo me ha sorprendido mucho. Es joven, con gran potencial, y aporta mucho al equipo”, elogió.
Ilusión con la Copa y con el futuro
El reto inmediato para Casademont Zaragoza es la Copa de la Reina, que se jugará en casa y supone un gran aliciente para toda la plantilla. “Nos ilusiona mucho lo que significa este torneo. Nos gustaría conseguirlo para el equipo”, expresó con ambición.
Más allá de la Copa, la pívot estadounidense también ha dejado abierta la puerta a seguir ligada al club más allá de esta temporada. “Espero en el futuro volver a Casademont Zaragoza. Es un buen equipo, con un buen programa y me gusta el entrenador”, aseguró.
Por lo pronto, Fraser seguirá adaptándose y creciendo dentro del equipo, con el aliento de una afición que ya ha conseguido impresionarla. Si el pabellón le pareció una “locura” en un partido de liga regular, el ambiente de la Copa de la Reina promete ser inolvidable.