ZARAGOZA | El Real Zaragoza camina hacia las últimas horas del mercado y se espera una actividad frenética hasta el cierre. La mañana en La Ciudad Deportiva lo demostraba, en un día gris, pasado por agua. El equipo de Juan Carlos Cordero se desplazaba a su despacho, donde quedan por resolver, al menos, media docena de movimientos. En el capítulo de salidas, las miradas se centran en los ausentes: Jair Amador y Marcos Baselga no se ejercitaron con el resto de sus compañeros. Sí estuvo Sabin Merino, que debe resolver su salida en los dos días que restan.
El ambiente era de calma tensa, como si se acercara una tormenta. Mientras tanto, el fútbol volvió a la escena. Los futbolistas se organizaron en tres rondos mixtos, con la voz de David Navarro de referencia: “No quiero rondos de geriátrico, quiero rondos de futbolistas. Movilidad y buenos pases”. Víctor Fernández acudía de un ejercicio a otro y hacía las veces de centinela. Le dedicaba unos segundos a cada ejercicio y, desde la distancia, leía el juego y sus secretos. Todo el fútbol puede resumirse en un rondo. En el de la mañana de hoy se escuchó una melodía propia, el “tac, tac” que mejor suena.
La adaptación del ejercicio merece ser contada. Un futbolista actuaba de comodín en el interior del círculo, era el apoyo perfecto, el pase entre líneas que había que encontrar. Fuera, estaban las redes de seguridad. El rondo central situó a Keidi Baré como comodín y a Pau Sans después. En el siguiente, Francho Serrano ocupó el primer lugar y le dejó su sitio a Marc Aguado. Especialmente inspirado estuvo uno de los canteranos, Sans, al que David Navarro buscó con sus aplausos.
Al pasar por ahí, en una secuencia completa de pases, Víctor Fernández exclamó: “¡Eso es, eso es!”, muy feliz ante lo que veía. Haciendo suya una frase que David Navarro había dicho antes muchas veces, siempre con una voz más suave. Ante el estrés del mercado, el Real Zaragoza se refugia en el fútbol. Y Víctor Fernández está ilusionado, contento ante la mejor sinfonía de este juego. El pase raso, de interior, que flota sobre el césped. La mejor calma antes de cualquier tormenta.