El Real Zaragoza ya no es equipo de playoff. Los zaragocistas han salido de las posiciones de cabeza de la tabla, tras alargar una semana más su mala racha de resultados. Los blanquillos acumulan 4 derrotas en 5 partidos, con solo 6 puntos sumados de los últimos 24 posibles. La crisis se veía venir y ya la tenemos aquí. Los zaragocistas siguen cavando su propia tumba y la preocupación es cada vez más mayor.
Las bajas de Delmás y Vigaray, provocaron que Víctor tuviera que innovar y jugar con tres centrales (Grippo, Clemente y Atienza) y dos carrileros: Guti y Lasure. El centro del campo estuvo formado por Ros, Igbekeme y Kagawa. Soro y Suárez completaban el equipo.
Las cosas se pusieran muy feas desde el principio. El Sporting se adelantaba en el marcador en el minuto 2 con un gol de Isma Cerro. La jugada se inició con un saque de banda mal defendido por Guti y Ros. Algo que Cristian recriminó públicamente a sus compañeros tras el partido.
El Real Zaragoza no fue capaz de reaccionar al verse por detrás en el marcador. El Sporting dominaba y la defensa del Real Zaragoza, especialmente Grippo, debía emplearse con dureza para poder frenar a los asturianos. Víctor incluso pensó en dar entrada a Guitián por un desesperado Grippo, pero el suizo fue más rápido haciendo falta que el técnico efectuando el cambio. Así, el central zaragocista vio la segunda amarilla y dejó al Zaragoza con diez.
Con uno menos y defensa de 4
Los blanquillos pasaron a jugar con una defensa de 4 con Guti y Lasure como laterales. Si con once las cosas ya estaban complicadas, con uno menos al Real Zaragoza se le vino el mundo encima. Antes del paso por vestuarios, el 2 a 0 ya lucía en el marcador.
Tras el descanso, Víctor retiro a un invisibles Kagawa. Lo del japonés es digno de preocupación. Su capacidad para hacer llegar balones a los delanteros se ha evaporado por completo y las posibilidades de juego combinativo que ofrece son cada vez más reducidas. En su lugar entró Nieto para jugar como lateral, lo que desplazó a Lasure al centro del campo.
Tan solo en las botas de Ros encontró el Real Zaragoza la posibilidad de un disparo que salió demasiado desviado. En el resto del partido tan solo se vio a un Zaragoza más parecido a un zombie que a un equipo con iniciativa para llegar a la meta rival.
El Sporting remató al Zaragoza en la recta final
En apenas dos minutos, Víctor Fernández agotó sus cambios. Jugador por jugador: Alex Blanco por Soro y Linares por Suárez. Planteamiento conservador y poco valiente a pesar de estar ya todo perdido. Esta vez el Real Zaragoza no lo intentó ni siquiera a la desesperada. El Sporting solo tuvo que meter una marcha más en la recta final para rematar a los zaragocistas con los goles de Aitor García y de Álvaro Vázquez.
Oficialmente, el Zaragoza está en crisis y continúa peligrosamente su camino de autodestrucción. Una autodestrucción fruto de la falta de confianza de la plantilla, con jugadores cuya actitud y rendimiento ya no es el mismo que en el comienzo de la temporada. Una autodestrucción que también es consecuencia de la configuración de una plantilla de escasos efectivos con la que no se contentaron las peticiones del cuerpo técnico. Y una autodestrucción que también viene provocada por la pérdida del timón de Víctor Fernández. Un aspecto de difícil solución porque, a pesar de todo, el Real Zaragoza tiene ahora mismo practicamente imposible encontrar un entrenador mejor. Trabajo y paciencia parecen ser los dos únicos ingredientes capaces de frenar esta espiral de autodestrucción zaragocista.