Exigente y bello. A partes iguales. Canfranc es un territorio vertical. De esos de montaña pura. Con pocas sendas, vacas, ríos, cascadas donde mitigar el calor, verde y desniveles. Una postal desde la salida en Astún a la llegada en Canfranc, sobre el puente Albert Le Lay.
Alex Varela, director de carrera del Pirineos Fit en Canfranc, advirtió en la salida a los corredores que se enfrentaban a un trazo “duro”, tal como lo calificó. Y lo reafirmó así: “Más de uno se va a acordar de mí cuando llegue a la meta”. Hubo dudas entre quienes afrontaban la tercera de esta carrera por etapas del Pirineo. Y cuando cruzaron el arco lo reconocieron. “Dura y bella”, era la valoración de quienes participaron en el maratón y en el medio maratón. A pocos se les atragantó un recorrido rock and roll, aunque alguno deslizó aquello de que hasta aquí ha llegado. Habrá que verlo mañana, en la salida prevista en Candanchú con final en Canfranc.
La carrera volvió a dejar momentos épicos. Es lo que tiene el trailruning. Como el cántabro Antonio Suárez, otra vez dolorido por el esguince en su tobillo izquierdo desde la prueba de Panticosa. Y allí sigue, sufriendo. Un poco menos que en Biescas, pero con esa capa de titán que tiene cada uno de estos corremontes. Sus padres le siguen desde el primer día. Viendo cómo caen los minutos desde la barandilla del Albert Le Lay y con el deseo de que pronto aparezca Toño. Satisfechos cuando divisan al chaval. Y este, cuando cruza la meta, suelta a sus compañeros “¿Estáis cansados?”, con una sonrisa. Se siente fuerte mentalmente y espera seguir en la pomada del maratón.
Quien sigue intratable es Carlos Sá. Está poderoso. Lo sabe. Hasta el punto de que estos seis días se los toma como un entrenamiento. El luso es un tipo tranquilo. No cambia de registro ni con la primera zancada ni con la última. Entró en meta como en los días anteriores. Pulgar hacia arriba, sin una gota de sudor. Nadie diría que se acaba de ‘zampar’ 41 kilómetros y 2.700 metros de desnivel en 5h16m37s. “El objetivo -dice- es llegar bien al gran objetivo de la temporada”. ¿Cuál es? No lo tiene decidido; o el UTMB o el Tor de Gèants.
Con Sá como máximo favorito a la corona de la segunda edición del Pirineos Fit queda por resolver el resto de la clasificación. Y está divertido. Pedro Marques ha entrado tras su compatriota y en la general Miquel Capó le saca muy poco margen. En una carrera así, la estrategia es clave y el mallorquín deslizó tras cruzar la meta que sus objetivos son llegar bien a la carrera de Omán, en noviembre, y otra en Cuba con anterioridad. Veremos. Por detrás el murciano Alberto Plazas que sigue a lo suyo. Es pura estrategia. No ha querido forzar en el descenso a Canfranc. Maneja sus cartas. Ve lejos el podio, pero no imposible. Como en la edición anterior calca el guión; de menos a más. Tiene experiencia en carreras por etapas. Su deseo tras la etapa de Canfranc recuperar bien. “Bañera y hielo”, dice tras sus gafas de sol.
En el medio maratón, el sueco Markus Living sigue a lo suyo. Otra vez primero. Y la impresión es que no regula un ápice. Va muy rápido sobre el llano y vuela cuando baja. Toni Coll le dice que salga media hora antes para lograr más equilibrio en carrera. Se lo traducen, y el sueco se ríe. En Canfranc ha entrado como lo hiciera en la metas de Panticosa y Biescas con una sonrisa y aplaudiéndose. Consultor informático, de 27 años, Living está feliz con el formato, con los recorridos, con el paisaje y no descarta volver a repetir en la próxima edición.