Canfranc se muda este fin de semana en territorio trail. Llega una de las pruebas más duras del calendario nacional de carreras por montaña. Lo hace, como siempre, a lo grande. Y, además, con celebración. Son 10 años ya de su maratón. El más duro del mundo. Pura vida. Allí han inscrito sus nombres en el primer puesto tipos como Luis Alberto Hernando, Manu Merillas y Jokin Lizeaga. Pura calidad. Va a ser también la segunda edición de una ultra espectacular. Durísima. La única carrera que da a los ‘finisher’ 6 puntos para el UTMB. Palabras mayores. La Canfranc-Canfranc cierra el circuito Alpinultras y también habrá un equipo médico de la Universidad Europea de Madrid para analizar datos de entrenamiento y salud de cada corredor antes y después de calzarse las zapas… y entre medias un montón de kilómetros y metros de desnivel. Se trata de una carrera con indudable atractivo internacional. Así la define Óscar Pérez -que este domingo toma la salida en la Tor des Geants que ya ganó en 2012-: “La diferencia entre una carrera por montaña y una carrera de montaña”.
Y para esta ocasión, la organización que lidera Alex Varela, ha diseñado una novedad respecto a ediciones anteriores. Un kilómetro de descenso. Desde Larraca, en la estación de esquí de Astún, hasta Canfranc. Un recorrido técnico, complicado, donde habrá que equilibrar tanto la cabeza como las piernas para evitar caídas o aminorarlas. No será, precisamente, fácil. Bueno, ciertamente en Canfranc-Canfranc (casi) nada es fácil.
En un territorio donde la verticalidad es seña de identidad, la ultra de 100 kilómetros también se asocia a una distancia cumbre en la montaña. Y es que su desnivel corresponde a la altura del Everest: 8.848 metros. Nada se deja al azar, todo contribuye al espectáculo. A vivir la montaña en estado puro y donde los voluntarios van a tener, una vez más, un papel fundamental. Son los héroes anónimos. En todas las carreras su concurso es clave. Sobre ellos pivota mucho de lo que ocurre. Siempre con una sonrisa, siempre atentos a cada corredor. Y por los puestos de altura no es fácil, ni cómodo. Menos cuando la carrera se celebra en septiembre. Canfranc, por su situación y por el mes en el que nos encontramos, el tiempo es fundamental. Organización y corredores tiene su mirada puesta en el cielo.
El pasado año fue duro. Hubo que recortar kilómetros por un tormentón de esos que en montaña se agrandan. Tener a más de 400 personas entre riscos no es fácil. La organización, siempre está en vilo, incluso cuando todo es perfecto por el día y por la noche. Por eso, la mirada a los partes del tiempo es continua. Desde hace días, el trabajo ha sido frenético. Todo para dejarlo en perfectas condiciones para otra de esas fiestas por la montaña. En horas todo arranca ya.
Carreras y novedades
Ultra Canfranc-Canfranc. 100 km y 8.848 md+. Tiene dos modificaciones en su recorrido respecto a la pasada edición. En la zona de Peña Collarada, una vez alcanzado el ibón de IP se desciende a Canfranc pueblo para afrontar un doble kilómetro vertical hasta la cima. En el Aspe, la subida y bajada por dos valles de la cara norte. Salida a las 5.00 para ir con luz de día por la parte más técnica.
Ultra 80 km, 6.348d+. Recorta la subida a Collarada y el Aspe para que sea más corredera.
18km. La carrera parte de la Estación de Canfranc, dirección pico de La Moleta, ibón de Iserías, descenso a Cascadas de Las Negras y valle de Izas.
Maratón 43km, 1.805 md+. Cambio en el inicio de la subida de Larraca. Desvío de 200 metros para coincidir con el avituallamiento con la base de vida de las ultras.
Km descenso. 3,9 km y 966d-. Se realiza este viernes por la tarde. Telesilla abierto para ver el recorrido.