Derrotas como la obtenida por el Bada Huesca ante el Cangas ponen en valor cada vez que el siete de Nolasco saca un empate o firma una victoria. Porque claro, cuando el penúltimo clasificado de la Asobal te saca los dos puntos en juego pues toda explicación deriva en la igualdad de la liga, los detalles y esas cosas. Vamos, en justificaciones. Es cierto que lo bueno del deporte es que cada vez que se juega el presupuesto, la calidad de los contendientes y demás cosas quedan al margen. En este caso son siete contra siete y una bola. Pero una derrota como la de esta tarde en Cangas no hace más que sumergirte en un mar de dudas.
El Bada juega esta temporada con la eterna duda de saber qué equipo va a salir al 40×20. Uno nunca sabe si es el mismo que le juega de tú al Barça o al Granollers, por ejemplo, o el que lo hace contra Cuenca o Guadalajara. Sí. Es cierto que el siete gallego se juega ya mucho angustiado por su situación en la tabla. Que necesita ganar y mirar lo que hace su rival más directo para salir del pozo. Pero el Bada, también. Eso sí, vive en otra frontera, en la de mirar a la parte alta de la clasificación o en la de quedarse estancado en tierra de nadie. Y no hay peor cosa que decidir entre el ser y el estar. Que parece lo mismo, pero no lo es. El Bada se hundió, además, abrumado por la presión que recibió en O Gatañal. Uno de esos ambientes de balonmano puro. Una fiesta de la grada con su equipo que salió plenamente enchufado y arrugó al rival.
En tierras gallegas, Bada se complicó la vida casi desde el principio. Nunca gobernó el marcador. Y no lo hizo porque su defensa estuvo de campo y playa. Y si no levantas un muro delante de tipos como Muratovic y Potic pues la realidad es que empiezas a tener serios problemas. Atendiendo a las estadísticas del partido, Jorge Gómez acabó con un 18% de acierto y Arguillas con un 13. Unos porcentajes que hacen difícil sujetar a un equipo, aunque sin empalizada firme da igual cómo tienes el edificio. Y aún así, el Bada corrió, pero es un lastre el ataque con los laterales escasos de acierto y sin que sus recambios, por una u otra causa, no aporten.
El siete gallego llegó a pasar apuros en un par de momentos del partido. Dejó de tener diferencias de hasta cuatro tantos y Bada se puso a tan solo uno por debajo en esos momentos donde cada encuentro entra en la recta de meta y termina por definirse. Teixeira metió el 23-22 cuando restaban 14 minutos para el bocinazo final. Se perdió la siguiente defensa y un parcial de 4-0 terminó por pasar factura al siete de Nolasco que con la derrota ve cómo Anaitasuna le supera en la tabla.
LA FICHA
Cangas: Pedro Henrique (p), Simes, Serafín Pousada (2), Krook, Cerqueira (4), David García (2), Pablo Castro. Siete inicial. Salazar (ps), David Soliño (3), Jesús Soliño (7), Casares, Pombo, Muratovic (4), Milosevic (3) y Potic (6).
Bada Huesca: Jorge Gómez (p), Teixeira (4), Val (2), Carmona (2), Eloy Félez (4), Marcelo y Oier (5). Siete inicial. Arguillas (ps), Todorovic (2), Camas, Mugerza, Carró (1), Ariño (5), Marco Mira y Bonanno (1).
Parciales cada cinco minutos: 3-2, 6-4, 9-8, 11-9, 14-12, 16-14 (descanso) 18-16, 20-18, 23-21, 26-22, 28-23, 31-26.
Árbitros: Jesús Álvarez-José Carlos Friera. Excluidos Simes, Krook, Cerqueira y Potic por Cangas; Carró (2), Oier y Mira por el Bada Huesca.