En un Real Zaragoza poco amigo de lo común, la situación actual del centro del campo vuelve a recordarnos que es el club ideal para refutar cualquier pensamiento racional. Quizás ya como tópico, los entrenadores defienden, en el buen sentido, claro está, que tener opciones es una ventaja. Sin embargo, en el conjunto aragonés esas alternativas se entienden de forma negativa. Me atrevería a decir, de forma subjetiva, que no hay ningún integrante en su estado de forma más optimo. Bueno, a excepción de la que a priori era la sexta bala a comienzos de temporada: Alberto Zapater.
Porque sí, la presencia del capitán de forma continuada en los onces zaragocistas tiene un cambio de rumbo marcado por la meritocracia, tan de moda actualmente por la celebración del Mundial. Cuando lo más lógico era pensar que el ‘21’ entraba por demérito de los Molina, Francho o Petrovic, Zapater ha vuelto a abrirse un hueco entre las aguas revueltas que merodean Zaragoza desde hace ya mucho tiempo a partir de buenas actuaciones individuales.
Si algo puede sacar en claro Fran Escribá de su primer mes al frente del Real Zaragoza es que el abanico de opciones se ha ampliado con pros y contras a partes iguales. Si en la cara de la moneda aparecen el último tramo de Manu Molina, la acción ganadora de Eugeni ante el Ibiza o el paso adelante de Francho Serrano, en la cruz destacan la acción de guardería de Petrovic y el repentino bajón de Grau. Los candidatos han aumentado, sin duda. ¿A qué precio?
Presente inmediato
Lo volátil e inestable de la medular zaragocista ha propiciado que, a dos partidos de terminar la primera vuelta, el aficionado blanquillo no sea capaz de decir quién es el verdadero acompañante de Grau. Mientras el valenciano es parte de la columna vertebral, a ninguno de los cinco restantes se les puede catalogar como tal.
El Real Zaragoza recibe a la SD Huesca inmerso en un debate que tendría que estar zanjado a tres semanas de la apertura del mercado invernal. De nuevo, la falta de un once tipo y las múltiples opciones vuelven a ejemplificar la falta de aptitud presente en la plantilla.