Todos coincidieron en ver estas nuevas instalaciones como una respuesta a la creciente demanda creciente de usuarios y aficionados a los deportes en la naturaleza. A lo que Miguel Gracia ha sumado la firme defensa de la ganadería extensiva como elemento que ayuda a mantener el territorio en su sentido más amplio volviendo a apelar a “la complicidad entre el medio rural y el urbano, porque ambos se necesitan”, ha reiterado.
Las obras se han llevado a cabo en dos fases, una para cada uno de los edificios que forman el refugio, la primera se abrió hace dos con la apertura con una treintena de plazas que ahora se convierten con un segundo edificio en 86. Con el proyecto ideado por los arquitectos Alejandro Royo y Ramón Solana, se ha querido aplicar en el diseño los elementos constructivos más modernos tanto en el proceso hasta como en el mantenimiento y gestión del refugio, una instalación bioclimática y diferente a todas los existentes hasta el momento, al estar realizada con sistemas y materiales modernos y acorde a los últimos refugios de este tipo construidos en países como Suiza o Austria.