Volvió tras una amarga experiencia en Valdebebas, comenzó la pretemporada con el primer equipo, pero no convenció a Carcedo. Fue relegado al Deportivo Aragón desde el amistoso I del nuevo Real Zaragoza y tampoco encandiló a Larraz. ¿O sí? La dirección deportiva del club, con la eterna cantinela de la ‘zona de confort’, termina dando salida a Luis Carbonell en un movimiento paradójico: llega cedido a un Teruel que jugará en la misma categoría que el filial blanquillo.
La hornada del 2003 siempre fue el ojo derecho de la Ciudad Deportiva. De ahí salieron Mateo Mejía al Manchester United o Jorge Alastuey al Fútbol Club Barcelona. Otros, como Ángel López o Marcos Luna todavía pertenecen al Real Zaragoza. En un equipo de campanillas con un ataque primoroso, Luis Carbonell siempre fue el máximo exponente ofensivo.
Parecía tener este año el contexto idóneo para explotar sus virtudes. Bloque armado de temporadas atrás, entorno conocido y un hándicap beneficioso para él en el primer equipo. Con los problemas del Real Zaragoza para sortear todas las barreras y trabas que presenta el límite salarial, tener a Carbonell en la recámara no sonaba mal. Más todavía, viendo la problemática que presenta la edad de un Raúl Rubio que obliga a inscribirlo como jugador de la primera plantilla a todos los efectos en caso de que participe con Carcedo.
Dejando al margen el propicio ecosistema que iba a tener de la mano de Emilio Larraz, Carbonell es la guinda del nuevo proyecto que se levanta en Pinilla. Se apuesta por la continuidad después de que se rozara la Primera RFEF con la yema de los dedos. Víctor Bravo, en su tercera temporada al frente, encabeza un bloque nutrido por jugadores con pasado zaragocista como David Aparicio, Kevin Lacruz o Carlos Javier.
Un 2021 para olvidar
El canterano lideró el viaje europeo del Real Zaragoza juvenil por la UEFA Youth League durante la temporada 19/20. Hat-Trick al APOEL en La Romareda y eliminación dolorosa ante un Olympique Lyonnais con jugadores sobresalientemente establecidos hoy en la élite: Gouiri (Nice), Kalulu (AC Milan) o Lukeba (central titular con Les Gones). Él acaparaba un gran porcentaje de focos, por delante de Francés, Francho o Azón. Ese 2020 todavía le permitiría debutar en diciembre en Segunda División bajo el corto mandato de Iván Martínez, su gran valedor.
Muchas veces tenemos que escuchar la típica frase “lo importante no es llegar, sino mantenerse” y es perfectamente aplicable en este caso. Una rotura de menisco que tardó en operarse ayudó a cargarse el proceso de ascenso al primer equipo. En el verano del 2021 emprendió una aventura vestido del blanco madridista que se alejó de lo esperado. Una participación con el Real Madrid Castilla que nunca llegó y un año demasiado mediocre en el juvenil (un gol en once partidos).
Renovado hasta 2023 antes de marcharse a la capital, Luis Carbonell tiene una buena oportunidad para relanzar su carrera en una categoría exigente. Mientras tanto, el Real Zaragoza seguirá esperando la explosión de un jugador diferencial si recupera su mejor versión.