Juan Carlos Carcedo apareció en rueda de prensa con un discurso sensiblemente distinto a los anteriores. Hubo más convicción en sus palabras, un lenguaje que se ajusta mejor a la situación que vive él y su Zaragoza. Dijo cosas similares a la que se le han escuchado en otras ocasiones pero en el tono hubo una intención que no se encuentra en anteriores comparecencias.
Carcedo se siente fuerte, respaldado por sus superiores aunque entiende que la ley que dictará su suerte se escribe en los marcadores: “Estoy con muchas ganas, con muchas fuerzas. Cuando los resultados no se dan pueden surgir algunas dudas. Pero creo en el trabajo que estamos haciendo, los jugadores están convencidos y muy mentalizados. El trabajo del equipo se merece que las cosas vayan bien”.
El técnico anunció que la carga de partidos y las ausencias exigen algunos cambios en el once. Se refirió también a la aparición de Gueye en la delantera y lo definió como una alternativa, más como una posibilidad que como una certeza. Tuvo palabras para Sergio Bermejo, al que considera ya “apto para el partido, preparado para ayudar a superar esa barrera psicológica que supone alcanzar una victoria”.
Carcedo, sensato dentro de una vitalidad nunca vista, entiende las protestas de la grada: “Somos hombres de fútbol y comprendo que la gente esté decepcionada con los últimos resultados. Somos los primeros que queremos ganar y nosotros tenemos que seguir trabajando y seguir insistiendo. Los futbolistas creen en la metodología y están deseando conseguir una victoria. Queremos marcharnos como el día del Sporting de Gijón, en el que la gente nos ayudó a ganar. Estoy convencido de que va a pasar eso”.
Quizá su mejor intervención llegó cuando le preguntaron por el ambiente en La Romareda para el partido de mañana: “A la Romareda no se le puede pedir nada, porque está siempre con el equipo. Solo se les puede dar las gracias. Tenemos que ser nosotros los que les demostremos que estamos a tope. Estoy convencido de que animarán a sus jugadores pero somos nosotros los que tenemos que conseguir que la gente se enganche.”
Más enérgico que nunca, durante la previa del partido ensayó una receta para su equipo: “Tenemos que mostrar más intensidad, que el público vea en cada duelo que queremos ser ganadores, que el equipo quiere presionar y ser dominadores del partido. A partir de ahí, si te centras en el juego, te aíslas y puedes hacer el buen partido que necesitas”.
Carcedo tuvo palabras también para hablar de las virtudes del Villarreal B e incidió especialmente en un técnico como Miguel Álvarez, longevo en el fútbol y valiente en su propuesta. El filial amarillo juega en la élite sin complejos, puebla la línea de tres cuartos con talento y no le teme a nadie en sus duelos.
Para Carcedo todos los partidos son importantes y llegó a decir que la victoria no tiene que ver con el rival, sino con la mentalidad de su grupo: “Necesitamos cambiar el chip, lograr la victoria. La metodología es buena pero necesitamos el triunfo más que nunca”.