Llegó a Huesca con la difícil tarea de hacer olvidar a Jokubas Gintvainis, líder el pasado curso en la cancha, así como a bases con pedigree en LEB Oro como Christian Díaz, Lluis Costa o Aegir Steinarsson, incluso mirando más al pasado hombres con clase como Josep Pérez o Devon Van Oostrum. Y parece que a base de trabajo lo está consiguiendo, a pesar de las dudas creadas al inicio de campaña.
Carles Marzo llegó a Huesca para vivir su primera experiencia en LEB Oro después de muchos años en LEB Plata, una categoría que se le estaba quedando pequeña y donde una campaña ya había sido el mejor en su posición, para ser el base titular de un Levitec Huesca acostumbrado a tener un director de orquesta con mucho peso en el equipo como demuestran los nombres de Jokubas Gintvainis el último año o antes de él Christian Díaz, Lluis Costa, Aegir Steinarson, Josep Pérez o Devon Van Oostrum.
A primera vista parecía una apuesta arriesgada por parte del club oscense, con dudas sobre su aportación al equipo que se hicieron presentes durante la pretemporada, donde el base catalán no encontró su mejor juego, el que había demostrado en LEB Plata, haciendo temer por el puesto de organizador del equipo, llegando a pensar que el reto de ser el “playmaker” principal de un equipo de LEB Oro, le iba a quedar grande.
Ajeno a todo ello, Carles Marzo seguía trabajando a las órdenes de un Guillermo Arenas con plena confianza en el ex canterano del FC Barcelona, algo que desde luego se ha visto reflejado en las primeras jornadas de la temporada, donde el zurdo se ha convertido en uno de los bases más seguros de la competición, aportando al equipo todo lo que necesita, y haciendo olvidar nombres que están en la mente de todo peñista.
Además de por su juego tanto ofensivo como defensivo, estadísticamente se puede comprobar con uno de los factores donde se determina la seguridad de un base, el ratio de asistencias y pérdidas de balón, donde Carles Marzo, en tan solo 7 jornadas, ocupa el quinto lugar de entre los 39 bases hábiles de LEB Oro, según reporta el informe que @NotInMyHouse26 realiza todas las jornadas, aportando esta información a los aficionados. El riesgo en muchas ocasiones de una asistencia, se traduce en un balón perdido, por ello esta estadística valora en cierta medida esta seguridad, donde se puede calificar en cierta medida el buen trato del balón.
Con 7,7 puntos y gran 43% de acierto desde el triple, 1,9 rebotes, 2,3 asistencias, 0,4 balones robados y 0,7 balones perdidos en 24 minutos, se ha ganado con creces la titularidad y la confianza tanto del entrenador asturiano como de la afición oscense, demostrando estar hecho para una categoría a la que llamaba con fuerza desde hace ya unos años.