Carlos Lanau acudía a la sala de prensa del Palacio tras sufrir la tercera derrota de su equipo en el plazo de una semana, esta vez ante Cáceres Patrimonio de la Humanidad por 61/68. Visiblemente abatido, para el técnico oscense, la valoración del encuentro había sido clara: “Hemos salido bien durante los primeros minutos, hemos estado fluidos en ataque, circulando el balón con velocidad. El equipo ha encontrado buenas posiciones de tiro y hemos tenido acierto generando una pequeña diferencia que han compensado con su mayor poderío físico sobre nosotros”.
Con las primeras rotaciones, tal como ocurrió contra Almansa el equipo se descompuso y perdió “consistencia”, pese a que aguantó los dos primeros cuartos. Durante la segunda parte del encuentro, Lanau explicó que más que una rotura de partido se trató “de un juego de desgaste puro”. No ha habido un gran parcial pero poco a poco “han ido tomando ventajas y no hemos sabido tener la calma suficiente”, explicó.
No coincidía en la apreciación de que el equipo desaparecía en determinadas fases del mismo. A su juicio, la diferencia estuvo en que el rival “subió el nivel defensivo y nosotros no hemos estado todo lo fino que estuvimos durante el primer cuarto”. Al equipo le lastró, añadió, “la cantidad de rebotes que nos han cogido. Hemos hecho buena defensa pero no hemos tenido premio”.
Pese a las derrotas y a que l calendario avanza en la misma proporción que quedan menos partidos, Lanau subrató que “no me preocupa el estado anímico del equipo”. Sobre la escasa presencia de Maverick Rowan en el encuentro, Lanau fue claro y conciso: “Ha salido frío. Le he puesto en la primera rotación, le han cogido dos rebotes, no le he visto metido en partido y me ha parecido que era suficiente”.