ZARAGOZA | Carlos Martín es el primer rumor del verano en Zaragoza. El futbolista del Atlético de Madrid se ha convertido en una de las sensaciones de su cantera, máximo goleador en una categoría tan compleja como la Segunda RFEF. Su aparición entre las cávalas responde a dos nociones fundamentales: las sinergias entre Real Zaragoza y Atlético y la probable marcha de Giuliano Simeone a final de temporada.
Los informes de la dirección deportiva zaragozana sitúan a Carlos Martín como el heredero natural de Giuliano. Y el club, a la espera de la decisión final de Simeone, se plantea repetir la fórmula que tanto éxito ha tenido con el argentino. Una fuente rojiblanca, que ha contribuido de un modo especial en la evolución de Martín en su formación, define para SportAragón las cualidades del madrileño, que vuela en el filial a sus 21 años.
La formación de Carlos Martín
De entrada, no ubica a Carlos Martín como un delantero puro. El canterano rojiblanco actúa ahora en ese lugar, solo o acompañado, pero su punto de partida es otro. Durante años, en la cantera rojiblanca se creyó en un sistema cerrado, sin muchas variantes. El 1-4-3-3 lo cubría todo y Martín se desempeñaba en ese plan como un extremo: “Tenía muy buen pie, un gran centro y, sin tener un 1 contra 1 espectacular, mostraba desequilibrio y capacidad para superar a los rivales. Su mejor virtud llegaba en los contactos, en sus controles, sus pases y sus disparos”. En ese contexto, llegó a hablarse de la posibilidad de situarle como lateral derecho.
El cambio de plan, la opción de jugar con otros sistemas, favoreció a Martín. Le acercó al área y descubrió una de sus mejores virtudes: la capacidad para llegar por sorpresa. En el inicio de su segundo año como juvenil, una situación alertó a sus preparadores. Carlos Martín, a pesar de sus condiciones, no era titular habitual: “No tenía la vitola de ser imprescindible, eran otros protagonistas. Se le veía más como segunda espada”. Una charla cambió entonces su suerte.
La fuente que consulta Sport Aragón nos cuenta los detalles de aquella conversación: “Veía en él a un futbolista de proyecto, a un jugador con potencial de Primera División. Así se lo transmití a mis superiores. Me decían que tenía grandes condiciones, pero que le faltaba un punto de personalidad. Hablé con Carlos y le dije lo que pensaba de sus cualidades. Necesitaba dar un paso adelante, creer en sí mismo. Es discreto, formal y tímido y no se veía a sí mismo cómo nosotros lo veíamos a él. Ese fin de semana había estado viendo un partido del Alcorcón en Santo Domingo. Le dije a Carlos que era mejor futbolista que todos los que había visto”.
En los siguientes entrenamientos empezó a actuar más cerca del área, como acompañante de Giuliano Simeone. Los dos cultivaron una amistad especial y se entendieron en el fútbol y en la vida. Martín pasaba las tardes en casa de los Simeone y los dos fueron decisivos en la evolución del equipo. Cerca del remate y de Giuliano, Martín nunca paró de marcar: “Lo situamos en el ataque y un día marcó un gol y otro al siguiente. Se le caían de las manos y los hacía de todos los colores: se asociaba, remataba, regateaba y ejecutaba en recursos muy distintos. Sin ser un nueve, tiene mucha capacidad goleadora. Es tan bueno que puede hacerlo todo”. La fuente rojiblanca consultada por este medio describe una de sus virtudes más ocultas: “Es un jugador difícil de ubicar en el campo. He estado con él mucho tiempo y todavía no sé de qué juega Carlos. Pero tengo claro que lo hace muy bien en cualquier lugar.”
El paso definitivo
Desde ese punto de su carrera, Carlos Martín no ha parado de crecer. Ha desarrollado un gran físico y ya sabe lo que es entrenar y debutar a los órdenes del Cholo Simeone. Autor de 18 goles este curso, se ha convertido en el líder del filial rojiblanco: “Ahora es la estrella del equipo, algo que no había sido casi nunca. Siempre ha sido muy bueno, pero nunca le han mirado a él. Es un chico muy educado, formal y no siempre ha mostrado carácter. Ha evolucionado en el plano físico y está que la rompe, descose la pelota”.
Desde el club rojiblanco le definen a través de dos comparativas: “Le veo más como un ocho que también puede actuar como nueve. Me recuerda a Jorge López; fino, hábil, más un interior o un volante que un delantero puro. Por tipo de juego y posición también se podría parecer a Caminero”. El espejo de Simeone también parece recurrente: “Tiene menos entrega y menos lucha que Giuliano, pero más calidad. Le veo preparado para jugar en La Romareda, con o sin su amigo. Los dos son distintos, pero también complementarios”.
En el cierre de la conversación, desde el club rojiblanco ensayan una sentencia: “Giuliano crece a partir de la ambición y aprovecha todo lo que tiene. Carlos Martín tiene todos los recursos a su alcance, pero los va descubriendo sobre la marcha”.