ZARAGOZA | El Real Zaragoza perdió una victoria que tenía en su bolsillo ante el Sporting. Fue en el tramo final, en un descuento interminable y con el mayor error nunca visto. Gaëtan Poussin llevó al suelo un balón que fue para Insua, que actuó sin ser visto. Poussin quiso que la tierra le tragara, en un fallo infantil, inexplicable y que pareció una comedia sin gracia. En un partido muy bien jugado por los de Escribá, con el plan más reconocible de los últimos tiempos, el castillo cayó en el tramo final, haciendo que los goles de Maikel Mesa e Iván Azón quedarán opacados por una jugada que será viral en las próximas semanas.
Gaëtan Poussin (1): Todo su partido quedó en nada en la última jugada. Había estado firme en el centro lateral, sólido en la defensa de su puerta. Pero descuidado, en el 97, no miró a su espalda y su error costó un triunfo. El portero francés parece maldito en sus estrenos, marcado por la fatalidad. La fotografía de la última jugada le perseguirá. Su fallo es ya carne de meme.
Fran Gámez (6´5): Le dio amplitud al equipo y soluciones en la banda. Ninguna mejor que la que llegó en el segundo gol, cuando fabricó el remate de Iván Azón. En el último tramo, le costó un mundo guardar su perfil.
Lluís López (6´5): Lideró la salida del juego y estuvo atento a los cruces. No pudo detener la avalancha del Sporting en el último tramo y vio el gol del empate desde muy cerca, sin poder hacer nada.
Jair Amador (6): Muy correcto durante la primera mitad, tuvo que ser sustituido por un malestar. Sin él, el Zaragoza siempre defiende peor.
Quentin Lecoeuche (6): Tenía que medirse a uno de los mejores regateadores de la competición, Haissem Hassan. Perdió en su primer encuentro y le dejó muy condicionado en la primera disputa, pero supo jugar en una situación compleja. Ganó metros cuando tuvo la oportunidad.
Marc Aguado (6´5): Su presencia mejora el juego, por acción directa o indirecta. Le dio fluidez al partido y mejoró los ataques del grupo desde la base. No parece casualidad que el peor tramo del equipo coincidiera con su lesión. Su dolencia es preocupante precisamente por eso; porque su titularidad parece una garantía de puntos.
Jaume Grau (7): Destinado a ser un actor de reparto, ahora ocupa un lugar protagonista en el plan de Escribá. El valenciano necesitaba confianza y la ha ganado hasta parecer un jugador indispensable, confiado.
Maikel Mesa (7´5): En el mejor contexto para él, Mesa volvió a demostrar que es un jugador esencial y diferente. Se asomó al área y desde allí proyectó el primero de los goles. Su disparo, plástico, envenenado y de interior, define todos sus recursos. Sigue sin haber nadie como él.
Germán Valera (5´5): A su partido le faltó constancia y un punto de implicación. No ganó demasiados duelos ni encontró disputas limpias para vencer. El Zaragoza le necesita con más frecuencia de lo que él se presenta.
Manu Vallejo (5): Se le ve con mejor tono físico, pero no logró empezar bien el partido. Su mejor huella fue la recuperación que originó el primer gol. Estuvo discreto en todo lo demás.
Iván Azón (7): Ha encontrado en El Molinón un campo en el que se siente cómodo. Se fajó en la disputa, ayudó al grupo a través de la presión y del desmarque y fue el mismo jugador generoso que es siempre. La diferencia, esta vez, quedó muy clara. Llegó a tiempo al remate y marcó en Gijón el gol que no encuentra en Zaragoza.
Cambios del Real Zaragoza
Toni Moya (6): Ejecuta grandes acciones técnicas y, a veces, se equivoca en las cosas más sencillas. Le falta un punto de personalidad para tomar siempre las riendas y gobernar los partidos en los peores contextos.
Víctor Mollejo (6): Ofreció su esfuerzo de siempre, un fútbol que siempre estuvo más hecho de pasión que de recursos. El partido le obligó a defender mucho más de lo que pudo atacar.
Santiago Mouriño (6): No confunció la intensidad con los nervios y supo anticiparse en duelos claves, en la cornisa y el desfiladero. Rápido de piernas, el gran pero de su partido no fue una responsabilidad exactamente suya. La remontada del Sporting llegó con él en el campo.
Sergio Bermejo (5): Su mejor registro en el partido llegó en la jugada del segundo gol, donde contribuyó con su intervención. En el resto del tiempo le faltó hambre para el regate y tensión para la disputa.
Entrenador
Fran Escribá (5´5): Eligió un equipo que se parece más a lo que está en el corazón de la afición que en su cabeza. Acertó. El Zaragoza jugó bien, mejor de lo que lo había hecho en el último mes de competición. Tuvo todo para vencer, pero la ventaja se escapó entre los dedos, con un gol que fue cruel para su Zaragoza. El equipo perdió pie en el último tramo, sin que él supiera ponerle remedio.