HUESCA | Manuel Ollé ha querido acercarse a los aficionados del Huesca a través de una carta. El presidente de la Fundación Alcoraz, máximo accionista del club, ha querido mostrar su sentir en un momento tan decisivo como el actual para la entidad altoaragonesa. El abogado barbastrense sucedió a José Antonio Martín `Petón´ en el cargo y desde entonces está trabajando para hacer viable al Huesca.
Carta íntegra de Manuel Ollé
Hoy, la SD Huesca, nuestro Huesca, nos necesita a todos, sin excepción. Las cosas son
fáciles si discurren a favor de corriente. Todos nos subimos al carro del éxito deportivo al
ascender merecidamente, por dos veces consecutivas, a Primera División. Ahora, las tornas
han cambiado. Son otras. El balón no ha querido entrar en la portería rival cuando más lo
necesitábamos. Los árbitros y el VAR nos han maltratado. Y fuera del césped, como máximo
responsable que soy de la Fundación Alcoraz desde el pasado mes de enero, debí reforzar la
tutela operativa y de gobierno de nuestro club. Pero no es el momento de hacer balance. Lo
rendiremos en el minuto 91 del partido frente al Levante.
Ahora toca demostrar nuestro amor, afición y pasión por el Huesca. Escribo con el corazón y
el ímpetu de un aficionado, pero también con el convencimiento racional de que, con un último
esfuerzo, por mayúsculo y exigente que sea, la SD Huesca, una vez más, se va a ganar la
admiración de propios y extraños.
Tres puntos que construirán el futuro del Huesca
El futuro se centra en tres deseados puntos culpables. Tres puntos que trataremos de
conseguir y nos conducirán a la ansiada permanencia un año más, en la división de plata del
fútbol español. Tenemos la mejor plantilla posible. Tenemos un extraordinario entrenador y un
gran cuadro técnico. Y contamos con excelentes trabajadores del club que cuidan de nuestros
jugadores. De estos mimbres deportivos, tejidos día a día, con tesón, voluntad y sacrificio,
obtendremos el resultado esperado.
Nuestros futbolistas van a estar más arropados que nunca. En cada lance del juego, en cada
regate, en cada jugada afortunada o fallida, sentiréis el aliento incansable e incesante de
familias y amigos, pero también el de toda la afición, de los socios, de las peñas, del club, de
patrocinadores y empresas, de las instituciones públicas, privadas y religiosas, de toda una
ciudad, Huesca, de toda una provincia. Y con el indispensable apoyo de todos y cada uno de
los medios de comunicación.
Ollé pide unidad
En los entrenamientos en la Base Aragonesa, y en las disputas sucesivas en Cartagonova y
en El Alcoraz, os llegará y llega, desde ya, el unánime ánimo de victoria que retumba de eco
en eco, desde el Alto Gállego, del Bajo y Medio Cinca, de la Hoya de Huesca, de la Jacetanía,
de la Litera, de los Monegros, de Ribagorza, del Sobrarbe, del Somontano, de tantos otros
lugares de dentro y fuera de nuestra tierra, y desde la diáspora de altoaragoneses esparcidos
por esos lejanos mundos de Dios. Lo que más necesita ahora nuestro equipo es la unión
incondicional de todos. Todos somos corresponsables de seguir forjando la mejor historia
posible del Huesca. La SD Huesca es un club de fútbol, pero también algo más: forma parte
de nuestras señas de identidad, como ciudad y provincia.
El Huesca con menos presupuesto que sus rivales
La mayoría de los equipos con los que nos codeamos -muchos de ellos sucumbidos al capital
extranjero- nos ganan en lo económico, pero no en dignidad y sencillez. Como club modesto,
fieles con nuestras raíces y sentimientos, adoptamos en su día un modelo directivo y financiero
genuinamente autóctono, y fuimos creciendo silenciosamente porque creímos en nuestras
posibilidades y apostamos por ello. En lo deportivo, la generosidad, el compromiso de todos
nuestros jugadores con el escudo que defienden, su esfuerzo, pundonor y sudor, son los
síntomas incontestables de una plantilla que no admite en su vocabulario la palabra derrota y
solo piensa en clave de victoria.
El Huesca, lejos de doblegarse ante la adversidad, se crece. Nuestra fortaleza es la lucha; la
fe en nuestra ciudad y provincia; en nuestra gente; la fe en nuestros jugadores; en nuestra
afición; en los que van al estadio; en los que, con un encomiable ánimo y esfuerzo, viajan a
otros estadios, en los que se quedan en casa escuchando la radio y viendo la televisión, en
las reuniones y concentraciones de las peñas.
Amor hacia los jugadores
Siempre hemos querido a nuestros futbolistas. Hoy, si cabe, los queremos más. Vais a percibir
los cánticos de nuestro himno y los gritos de nuestras gargantas, el latir de nuestros corazones
y os vamos a empujar y a llevar en volandas hacia el triunfo que todos deseamos. Estaréis
más acompañados que nunca. Huesca y todo el Alto Aragón estará con vosotros, en las calles,
en los colegios -donde desde el verde también sois ídolos, espejo y profesores de valores
para tantos niños y jóvenes- en los comercios, en los bares, en los puestos de trabajo, en
todos los rincones de nuestra geografía.
Las campanas del Alto Aragón, los dos próximos
domingos, replicarán con alegría por vosotros queridos y admirados jugadores, por toda una
afición, por Huesca y por toda su provincia. Los sentimientos de la ciudad, de nuestra tierra y
nuestras gentes, están con vosotros, vuestro sufrimiento será el nuestro. Más que ayer, lo
conseguiremos todos juntos y leales “siempre fieles sin reblar”. Gracias por ilusionarnos
Me parece fenomenal, pero, una vez asegurada la permanencia, hay que remover el árbol.
Por cierto, recordar al Sr. Ollé que nuestro lema es FIELES SIEMPRE SIN REBLAR, no “Siempre Fieles Sin Reblar”