ZARAGOZA | Contra viento y marea el Casademont venció por 76-73 al Polkowice en la primera jornada de Euroliga disputada en el Príncipe Felipe ante 4.025 espectadores que vieron como el equipo tuvo que reinventarse y tirar más de carácter que de técnica para llevarse el gato al agua. El conjunto polaco apretó en un tercer cuarto en el que las de Cantero estuvieron erráticas en ataque y blandas en defensa, complicando el choque hasta el último segundo. Atkison fue la mejor local sumando 23 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias que le otorgaron 19 créditos valorativos y el MVP. Asimismo, Nystrom brilló con 11 puntos, Pueyo hizo un partido muy completo, especialmente en el rebote (capturando 7), y Mawuli fue una amenaza permanente.
Carlos Cantero apostó para este primer partido de Euroliga por Mariona Ortíz, Helena Pueyo, Tanaya Atkinson y Stephanie Mawuli. Karol Kowalewski sacó en su quinteto inicial a Emma Cannon, Rennia Davis, Weronika Gajda, Alexis Petersen y Ante Steinberga.
El encuentro arrancó con un Casademont más solido en la pista y con las ideas mas claras que su rival. Atkison inauguraba el marcador con una buena canasta y Mariona seguía su ritmo con otra para poner el resultado en 4-2 en el primer minuto de duelo. Mawuli también puntuaba pronto con un gran 2+1, fruto de su perspicacia y atrevimiento y, de nuevo, Atkison, obligaba al técnico visitante a parar el partido en el minuto 5 tras dos canastas que aumentaban la renta (11-5). Cannon intentaba rescatar algún punto con un tiro de dos y Steinberga limaba asperezas anotando sus dos tiros libres, pero no era suficiente para igualar las cosas.
El tiempo transcurría y Cannon, la mejor del cuadro polaco, anotaba de dos y la peor noticia llegaba para el Casademont a falta de menos de tres minutos, cuando Laia Flores se lesionaba al chocar su rodilla contra su compañera Mawuli y tenía que abandonar la pista del Príncipe Felipe entre aplausos y lamentos. Esta pausa enfrío el partido para un Casademont, visiblemente afectado en lo emocional, que no volvió a puntuar hasta el final del primer cuarto, cerrándolo 17-15.
En el segundo cuarto, Nystrom comenzaba revolucionando las cosas con un triple y dos tiros de dos suculentos que volvían a ampliar ligeramente la renta (22-17) a falta de siete minutos para el descanso. Atkison, que permanentemente buscaba el aro, también sumaba puntos penetrando la canasta como ella solamente sabe hacer para seguir ampliando la renta. Mistinova y Pueyo ponían el resto para dejar el luminoso en 30-21 antes de que el técnico visitante se viera obligado a parar el partido para evitar la sangría.
Cantero aprovechaba la pausa e introducía a Mariona, a Hermosa y a Mawuli para aportar más tiro exterior. Y vaya que se notó porque un aluvión de triples llegaron. Primero el de Mistinova, respondido por otro de Cannon y uno más de Nystrom que empoderaba a un Felipe orgulloso con el juego y efectividad de sus chicas (38-29). De todas formas, el Polkowice no bajaba la guardia en ningún momento y, aunque Mistinova tenía la muñeca afinada en este cuarto, y Hermosa también estaba crecida desde los libres, Jespersen anotaba de un plumazo para intentar seguir creyendo y volver a poner la mosca detrás de la oreja a los rojillos. Finalmente, no hubo tiempo para más y ambos equipos se marcharon por el túnel de vestuarios con el luminoso en 47-36.
El tercer cuarto
El descanso no sentó nada bien a un Casademont que no logró puntuar hasta pasados cuatro minutos del tercer cuarto. Erráticas en ataque y blandas en defensa, las rojillas necesitaron del apoyo del Príncipe Felipe para evitar la tragedia pues, entre una buena canasta de Peterson y un triple de Steinberga, el partido comenzó a complicarse llegando a falta de cinco minutos con un resultado de 50-45. Nystrom no apostaba por el triple e intentaba meterse a canasta, pero la idea no le salía bien y le otorgaba la posesión a un Polkowice, mecanizado, con las ideas muy claras, que se crecía a base de buena puntería y aprovechando el estado de debilidad de las de Cantero, que necesitaban un tiempo muerto como el comer. Solamente Atkison lograba puntuar a falta de tres minutos para demostrar que las rojillas (hoy de blanco) seguían en el partido (52-47).
Cantero paraba el partido para intentar volver a recuperar ideas y volver a coger confianza especialmente en ataque, habiendo fallado hasta el momento 7 de los 9 tiros intentados. Defensivamente, el equipo necesitaba un puntito más, pues las polacas encontraban espacio rápidamente para hacer sus canastas. Emma Cannon seguía imparable sumando 15 puntos a falta de dos minutos para acabar el tercer cuarto, pero las de Cantero tiraron de carácter, más que de técnica, y poco a poco, entre un par de tiros libres de Nystrom y uno de Pueyo, fue haciendo lo propio para acabar el tercer cuarto en 55-49. Las espadas seguían por todo lo alto y la ventaja era mínima.
El último cuarto inició con un Casademont mucho más intenso, más peleón y con las ideas mucho más claras. Una falta sobre Mawuli permitía a la japonesa ampliar brevemente la diferencia con dos tiros libres anotados, pero el marcador subía a cuentagotas. Por A o por B, el equipo no terminaba de tener su identidad habitual y Cantero, a falta de siete minutos, metía en pista a Gatling en busca de poderío físico en la pintura y a Mariona Ortíz para dirigir el juego y aportar criterio en la pista. Cannon fue eliminada a 5 minutos del final para el alivio de las rodillas. Mawuli, que junto a Atkinson fue la mejor del Casademont, hizo un gran tiro de dos que puso en pie a un Príncipe Felipe tenso, pero feliz por el momento.
El Polkowice paraba el partido, sabedores de que ambos equipos estaban con el depósito en reserva, quizá más cansadas las visitantes. Los 4.39 que restaban iban a ser un duelo de resistencia y de saber aprovechar las ocasiones (63-53). Mariona demostraba por qué es la mejor base de España con un gran lanzamiento a la media vuelta y Atkison ejemplificaba cómo debía ser un tiro de tres, limpio, con fuerza y dentro, para poner el resultado en 68-59. De nuevo, Mariona, incansable, se echó el equipo a la espalda logrando un enorme 2+1 vital para los intereses maños. Quedaban menos de tres minutos y la tensión, pese a haber una diferencia de 12 puntos (71-59), se palpaba en el ambiente.
Y vaya que sí se palpaba, porque Steinberga, que acabaría a la postre con 17 puntos, hizo un auténtico triplazo que silenció al Príncipe Felipe. Atkinson metía uno de sus lanzamientos de libre y a falta de minuto y medio Karol Kowalewski pedía tiempo muerto en busca de dar la campanada. Y vaya que si aprovecharon la pausa porque en menos de 40 segundos redujeron la diferencia de 12 a 5 puntos (72-67). Cantero paró el partido a falta de 48 segundos, tocaba defender y sufrir. Atkison convertía de libre, pero el Polkowice respondía con hasta dos triples. No obstante, no hubo tiempo para más y el Casademont venció por la mínima en una victoria que firmó con sangre (76-73).