El aficionado de Levitec Huesca la Magia sigue mirando al otro lado del Ebro, pensando si el convenio firmado con Casademont Zaragoza es real o es un sueño, o más bien, bien una pesadilla, porque el efecto Javier Justiz resuena en la tabla clasificatoria de los oscenses con un duro 1-8 que les coloca en el último puesto en la clasificación de LEB Oro.
Haber esperado tanto tiempo al pívot cubano, pieza angular del proyecto peñista 2021/2022, ha desencadenado una serie de acontecimientos todavía sin subsanar. Provoca entrar tarde al mercado de pívots, donde quedaban piezas donde la relación calidad/precio era difícil de encontrar. Con estas llega Aleksandar Andrejevic, quien al subir al avión en Serbia, se le detecta el Covid-19, lo que le hizo llegar 2 semanas más tarde y bajo de forma. Resultado tras 7 partidos, jugador cortado y a seguir buscando. Por el camino se queda Paschal Chukwu, a quien problemas burocráticos le hicieron ya en España volverse a subir al avión para retornar a Estados Unidos. En esta peregrinación buscando una solución que todavía no ha llegado, quedaron también Gracin Bakumanya, con una pobre pretemporada, que no llega a debutar en competición oficial y ha acabado en Zamora de LEB Plata, lo mismo que Micaiah Henry, que a pesar de dar una mayor confianza, también acaba en Plata en La Roda.
El juego diseñado para hacer daño por dentro con un jugador del calibre de Javier Justiz, tuvo que ser modificado, y una plantilla diseñada en torno al cubano, ha tenido que cambiar su forma de ser. Más allá de eso, el club sigue buscando esa pieza, que sin por supuesto ser tan determinante, tape un agujero que lleva 9 jornadas siendo la vía principal por la que entra agua en el barco verdiblanco.
Tras todo esto, se sigue mirando a Zaragoza y el motivo es claro: esperan que el conjunto maño pueda nutrir al altaragonés con alguna pieza de mayor calado que las que ya tiene, que permita pensar que el convenio es positivo, como lo era cuando Javier Justiz entraba en la ecuación. Es ahora el momento, no por los problemas de Levitec Huesca la Magia en la clasificación, sino por una lógica aplastante de que los zaragozanos se van a juntar con un número de piezas en el primer equipo, que va a provocar tener convocatorias, con solamente la liga doméstica en juego, una vez apeados de competición europea.
Más pronto que tarde, Casademont Zaragoza se va a juntar con 14 jugadores del primer equipo. La rumorología, y también la lógica, dice que el club anda buscando un base americano anotador que le dé otro rumbo a la dirección del equipo, plaza extracomunitaria disponible tras cortar a Jamel Mclean, jugador que llegará por un Kenan Sipahi que no ha dado el rendimiento deseado y en el que el entrenador no confía, a pesar de que es el segundo base en la rotación. Una pieza que si unimos a Rodrigo San Miguel, el próximo a recuperarse Omar Cook, y el canterano Javi García, nos coloca 4 hombres en el puesto de base.
Por fuera, Matt Mobley, Stan Okoye y Aleix Font, a los que hay que unir a un Santi Yusta cuya recuperación está cercana. Con ellos la incógnita de qué ocurrirá con Adam Waczynski. El polaco llega con un contrato temporal y los seguidores de Casademont Zaragoza no entenderían que no fuera renovado, diciendo la lógica que así será por rendimiento. Si sumamos todo tenemos 5 piezas en el exterior.
Dentro, Hans Vanwijn y Dino Radoncic ocupan el puesto de 4, mientras la torre islandesa Tryggvi Hlinason, Ramón Vilà y el recién llegado Deon Thompson están en el 5. De nuevo otros 5 integrantes en la rotación para las líneas interiores.
Las cuentas son fáciles de hacer: 4 bases, 5 exteriores y 5 interiores. En total 14 jugadores cuando las convocatorias en ACB son de 12. Jaume Ponsarnau ha dejado claro en qué jugadores confía y en cuáles no, alguna de las decisiones cuestionada por la parroquia rojilla, como en el puesto de base. De seguir todos en el equipo, 2 jugadores se quedarán en la grada, y todo hace indicar que esos asientos los ocuparán, si no hay ninguna lesión, Javi García, Aleix Font o Ramón Vilà. Son los tres jugadores con menos minutos en la rotación.
Como aficionado al baloncesto y a los clubes aragoneses, una cosa tengo clara, y es que Javi García es el futuro base de Casademont Zaragoza, bien sea como un solvente suplente fijo con minutos, o bien como titular con el paso del tiempo. Lo que no entra en mi cabeza es que podemos ver cómo el jugador puede pasarse un año en blanco por las citadas convocatorias y la ausencia de confianza de su actual entrenador. Por este motivo, el jugador, ya con ficha en Levitec Huesca la Magia como vinculado, será la pieza sin discusión que debería jugar como verdiblanco hasta final de temporada. Sería extraordinario, lógicamente, para Huesca, con un jugador de categoría que uniría a su plantilla.
Sería bueno para Casademont Zaragoza, donde Pep Cargol tendría que verlo, porque pasaría de tener un jugador sentado en la grada, a tener un jugador con minutos en una categoría como LEB Oro, liga nada despreciable, de la mano de un Sergio Lamúa, que ha asistido al crecimiento del jugador desde que en 2017 llegara al banquillo rojillo, con lo que el trato va a ser excelente.
Y por supuesto sería bueno para Javi García, un jugador al que solamente hemos visto con continuidad sus años en Liga EBA, hace ya temporadas, que parece estancado en ACB, y del que no vemos su evolución ante la falta de oportunidades. Disfrutar de tiempo en la pista en una categoría como LEB Oro, puede ser ese toque que le permita dar un paso adelante tras haber dado uno atrás, que no lo es tanto si va a estar en la grada, para conseguir ese ansiado hueco en Casademont Zaragoza, que tiene su nombre en un futuro para nada lejano.
Más allá de esto, que además de Javi García pueda haber otra cesión, donde por composición de plantilla entendería más la de Aleix Font que la de Ramón Vilà, no lo tengo tan claro como la del canterano, pero la del zaragozano es un préstamo, además vinculado, del que se podría echar mano en Casademont si en algún momento fuera necesario, ante el que tendrían que estar de acuerdo todas las partes, incluyendo las aficiones, por todo lo expuesto anteriormente, razones de peso que son buenas para todos.
Entiendo que al aficionado maño no le convenza por ser uno de sus jugadores fetiche al ser de la casa, pero ha de ver, por cómo se comporta Jaume Ponsarnau con él, que no lo va a ver en la pista, sino en la grada como un aficionado más, y no creo que sea lo que desean para un jugador que tiene que seguir creciendo porque es el futuro del club.