ZARAGOZA | La estancia en terreno europeo y la clasificación para la Final Six se complica, y mucho, para el Casademont Zaragoza, que cayó por 55-75 ante el Tango Bourges francés en los cuartos de final por el ‘play-in’. Ambos equipos empezaron el duelo realmente erráticos en ataque. No obstante, el conjunto visitante despertó a tiempo tras el descanso para la desgracia de las de Cantero, que siguieron sin quitarle el tapón al aro, y pagaron muy caro su falta de acierto ofensivo. 37.8 % en tiros de dos (17/45) y 10.5 % en triples (2/19) son el fiel reflejo de un equipo al que no le salió prácticamente nada y ve ahora con vértigo el partido de vuelta, en el que buscarán remontar hasta 20 puntos.
En el conjunto local brillaron Helena Pueyo (13 puntos, 4 rebotes y 14 créditos) y Nerea Hermosa (6 puntos y 6 rebotes para 11 créditos), aunque la máxima anotadora fue Shante Evans, que en su segundo partido como rojilla firmó 12 puntos y 3 rebotes para 10 unidades valorativas). En las visitantes, las mejor fueron Amy Okonkwo con 16 puntos y 7 rebotes para 16 créditos, y Tima Pouye, con 17 puntos y 7 rebotes para 18 unidades y el MVP.
El duelo arrancó con la intensidad prometida. Ambas escuadras comenzaron realmente fuertes en defensa y anotar un punto se antojaba una misión titánica. Green rompió el hielo para las visitantes, pero rápidamente Nerea Hermosa devolvió el golpe en la pintura para seguir como si nada hubiera pasado. La velocidad y el vértigo eran constantes. No obstante, esto tampoco se traducía en un gran caudal de puntos, ya que las muñecas todavía no estaban afinadas. Nadie se despegaba del otro en el luminoso y, aunque Diaby lograra puntuar para el equipo francés, Mawuli no perdonaba y, tras fallar un triple, anotaba el definitivo para poner mínimamente a las rojillas por delante al cabo de 4 minutos de duelo (5-4).
Las defensas se imponían a los ataques y, solamente las genialidades de Mariona y de una Green, afilada y que prometía ser un dolor de muelas, servían para puntuar y seguir en la disputa de un partido en el que poco o nada se movía (11-11). Francesas y españolas estaban realmente espesas y, esto sumado al descanso a Mariona, se tradujo en un Casademont que no tuvo un faro claro en los momentos finales y navegó mínimamente a la deriva. Por suerte, el Bourges tampoco terminaba de carburar y, aunque Okonkwo se hacía fuerte en la pintura y sacaba una falta que fue recibida por las visitantes como agua de mayo, Shante Evans replicaba con un 2+1, para, con permiso de Pouye marcharse 14-15 al descanso.
La película poco cambió al inicio del segundo cuarto. Nadie lograba alejarse en el luminoso y, cuando parecía que uno podía llegar a tener la ventaja, el otro lograba reducirla. Con todo ello, Helena Pueyo comenzó inaugurando el periodo con una buena canasta, pero rápidamente, como si se tratara de un ‘deja vu’, Guapo y Green volvían a la carga (16-19). Puntuar estaba muy cotizado y todo indicaba que el partido se lo llevaría aquel que lograra desatascarse desde el triple (uno para cada equipo en estos momentos). Con el equipo encasquillado, Cantero paró el partido para ajustar en ataque y buscar un plus ofensivo. Y fue dicho y hecho, porque Helena Pueyo, sin prácticamente despeinarse, anotó un triple marca de la casa que vaticinaba que el Casademont volvía a la carga (21-19).
Además, Mariona volvió a pista y lo primero que hizo fue puntuar. No obstante, cuando mejor parecía que estaba el Casademont, llegó el peor tramo en estos últimos momentos antes del descanso. Las rojillas se empeñaron en rizar el rizo excesivamente en ataque y la intensidad defensiva empezó a brillar por su ausencia. Esto lo aprovechó el Bourges, que olió la sangre y le endosó un doloroso parcial a las zaragozanas de 0-7 que daba cierta ventaja a las jugadoras de Lafargue a falta de 1:40 (23-28).
El partido se rompía por primera vez, aunque esto tampoco hizo saltar las alarmas en el Casademont Zaragoza, que remendó sus errores con Hermosa y Nystrom para acabar el primer tiempo pegadas en el luminoso (27-30). Los números hablaban por sí solos: 8/22 en tiros de dos para Casademont, respecto a 9/22 para las visitantes y 2/11 en triples respecto a 2/8. Nadie estaba fino.
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Un tercer cuarto demoledor
El tercer cuarto arrancó siendo una auténtica montaña rusa en la que el Casademont se quedó en los railes. Tras anotar Okonkwo sus 2 puntos de rigor, las rojillas lograron alzarse con un parcial de 6-0, obra de Shante Evans, capaz de competir en la pintura ante el físico equipo francés, que daba alas a las pupilas de Cantero y hacían pensar en las mieles del triunfo. No obstante, aquí como las dan las toman, y el Tango Bourges le endosó otro parcial de 0-7 que volvía a tirar por tierra todo el trabajo rojillo en estos primeros minutos y hacía saltar las alarmas (33-39). Cantero, con buen criterio, paró el partido para intentar subsanar la herida que se acaba de abrir y buscar respuestas.
De todas formas, el rasguñón se infectó, pues, lejos de cicatrizar el juego, el Bourges siguió haciendo una sangría ante una defensa realmente endeble y que necesitaba un punto más en el apartado físico. Y es que Astier logró un propicio 2+1 para los intereses visitantes, que fue acompañado por dos canastas de Pouye y Guapo, que obligaban al técnico madrileño, 3 minutos después, a volver a parar el duelo para, otra vez, intentar frenar la hemorragia que crecía (36-46). Tras el parón, Okonkwo siguió echando sal a la herida y, aunque Hermosa puso una tirita para volver al +10, el camino hacia la remontada parecía nublado y embarrado (38-48). Para mayor inri, todavía subió más el precio del triunfo, cuando Pouye, inspirada como ella sola, unida a Filip, se encargó de cerrar 40-54 el tercer cuarto ante un Príncipe Felipe que ya se temía lo peor.
Las sensaciones no eran las mejores y la diferencia de 14 puntos eran un muro de hormigón considerablemente duro, pero el Casademont Zaragoza salió al último cuarto con la esperanza de encontrar un resquicio, una llave, por la que los puntos pasaran como el agua. No obstante, ese atisbo de esperanza nunca apareció y el reloj comenzó a correr en contra de los intereses de las rojillas, que veían su rayo de luz en Pueyo y Atkinson, pero el nubarrón en Pouye y Astier (44-60).
El Príncipe Felipe incitaba una última reacción con el clásico ‘Zaragoza nunca se rinde’, pero las visitantes seguían lanzadas en ataque y, lo que era peor, el tiempo pasaba y las jugadoras zaragozanas ya empezaban a mentalizarse de que les tocaría hacer lo imposible a la vuelta en la pista francesa para pasar a la Final Six, pues este duelo parecía prácticamente visto para sentencia a falta de 4:30 para el final (48-64). Las cosas siguieron yendo de mal en peor y la diferencia de 16 se tornó, con un parcial de 0-8, en hasta 24 puntos que empezaba a poner en serios aprietos la futura clasificación a la vuelta a falta de tres minutos para el final (48-72). Pueyo y Mawuli limaron asperezas de última hora, acompañadas por Evans que lograron, a última hora, reducir la diferencia y cerrar el duelo 55-75.
Ficha de partido:
CASADEMONT ZARAGOZA (55): Nystrom (4), Ortiz (7), Hermosa (6), Atkinson (2), Mawuli (11) -quinteto inicial-, Mané (-), Brcaninovic (-), Flores (-), Urdiáin (-), Pueyo (13), Oma (-) y Evans (12).
TANGO BOURGES (75): Okonkwo (16), Green (11), Astier (15), Diaby (6), Spanou (1) -quinteto inicial-, Filip (2), Guapo (4), Granel (-), Pouye (17) y Duchet (3).
PARCIALES: 14-15 / 13-15 / 13-24 / 15-21.
ÁRBITROS: Lukasz Jankowski, Silvia Marzial y Jan Baloun.
ELIMINADAS: No hubo.
INCIDENCIA: Cuartos de final por el ‘play-in’ de la Euroliga Women disputado ante 4.053 espectadores en el Príncipe Felipe.