ZARAGOZA | En cinco días el Casademont de Carlos Cantero ha vencido a las dos subcampeonas de los torneos que disputa. Por un lado, en Euroliga, este pasado miércoles las rojillas firmaron un espectacular triunfo en casa del Villeneuve (53-69), que hace menos de siete meses vencía al USK Praha (84-78) y se colaba en una final en la que el Fenerbahçe, con quien comparten grupo este curso, se alzaba con el título continental. Por si fuera poco, las zaragozanas fueron a la pista del Perfumerías Avenida, una de las más complicadas de la categoría, y se impusieron a un equipo salmantino (68-78) que hace poco más de cinco meses caía ante el Valencia (61-44) en la segunda y definitiva jornada de la final de los playoffs por el título. Cinco días de ensueño para el Casademont, que está empezando a ver en un lapso breve de tiempo todo el trabajo de pretemporada, e incluso de cursos anteriores, guiado por la buena mano de Cantero.
Pocas casualidades existen en el mundo del baloncesto y, más allá de la derrota en casa de Araski, la temporada del Casademont está siendo inapelable. En Euroliga solamente han caído en terreno turco, ante el Fenerbahçe, y a pesar de que el equipo rojillo concedió en exceso ante Polkowice en casa (76-73), no ha mostrado signo de debilidad alguno. Cantero tiene gran parte de la culpa. El técnico madrileño conoce la categoría desde hace muchos cursos y entiende las características de las jugadoras que ficha. No en vano, la vuelta de Markeisha Gatling está siendo imperial, y Pueyo y Mawuli, dos de los fichajes de verano, se están erigiendo como figuras más que importantes.
Por un lado, la pívot americana está siendo un auténtico huracán en prácticamente cada una de sus actuaciones. Ante Villeneuve, ‘Kisha’ volvió a dar una clase magistral de cómo coger rebotes, cómo jugar en la pintura y cómo sumar unos porcentajes que indican que estás en estado de gracia. 87,5% (7/8) en tiros de dos y 4/5 en libres, total: 18 puntos, 24 créditos, partidazo y MVP. No contenta con ello, ante Perfumerías anotó 12 puntos, capturó 9 rebotes y logró 16 créditos, demostrando, al igual que ante Jairis (19 puntos y MVP), que la experiencia es un grado y la calidad no entiende de retiros.
Otra de las grandes culpables está siendo la incombustible Tanaya Atkinson. La alero estadounidense es una fábrica de puntos y sus internadas hacia el aro “asuntan al coco”. En Liga regular, la jugadora rojilla atesora una media de 14 puntos y un 15,3 de valoración, demostrando ser un auténtico tormento para el club salmantino, firmando en el pasado duelo 16 puntazos. Eso sí, hace una semana hizo una auténtica exhibición ante Jairis, metiendo, entre otras cosas, la canasta decisiva en el último segundo, o anotando la friolera de 23 puntos ante Polkowice. Su regularidad anotadora, ímpetu y agresividad han hecho de esta jugadora todo un seguro de vida ofensivo. Todo ello sumado además a la gran personalidad que desprende en la pista.
Por otro lado, quizá la figura de Mariona Ortiz no se esté destacando como en otras temporadas en la faceta individual, pero la realidad es que la directora de orquesta rojilla ha cogido galones y se echa el equipo a la espalda en más apartados más allá de la dirección clásica de un base. En muchas ocasiones la catalana es la más pilla, la que interpreta antes que nadie qué es lo que toca hacer. No en vano en muchos encuentros ha sido la jugadora que hacía la falta cuando tocaba, que decía dónde fallaban las rivales. Su papel está siendo primordial brillando en más aspectos más allá de lo estadístico (aunque hiciera 9 asistencias ante Fenerbahçe o acumule más de 6 rebotes de media por choque), siendo una jugadora ya no capital, sino imprescindible para el grupo.
Si se decía que Cantero tiene buen ojo para traer jugadoras, se dice y punto. Dos de las últimas en llegar, con permiso de Czukor, Helena Pueyo y Stephanie Mawuli han caído de pie. La jugadora española ha tardado poco en que el Príncipe Felipe, y las rivales europeas, se acuerden de su cara, porque su temporada en Euroliga es para enmarcar, a excepción del último duelo ante Villeneuve, en el que no brilló tanto. En los clasificatorios ante Constanta, la base rojilla hizo 14 puntos en la ida y 16 en la vuelta, firmando en este último duelo 20 créditos de valoración y el MVP. Ante Polkowice no mostró su faceta anotadora (7 puntos), pero fue letal capturando 6 rebotes y proporcionando 4 importantes asistencias que le otorgaron 16 créditos. Asimismo, en Fenerbahçe volvió a mostrar su mejor versión cosechando 16 puntos y 17 créditos ante el coloso turco. Esó sí, en Liga debe de dar un paso adelante y subir de los 5,8 puntos de media que atesora, aspecto que no le costará en cuanto se adapte completamente a la competición doméstica (recordemos que viene de la NCAA de EE.UU.).
Por otro lado, el papel de la japonesa Mawuli es más que importante y valorado. La respetuosa jugadora nipona (siempre hace una reverencia al entrar y salir de la pista) aparece cuando más la necesita el equipo, siendo un seguro desde el libre y sumando siempre puntos que tarde o temprano ayudan a recortar distancias. Ha convertido 9/10 en Euroliga, donde también ha sumado una media de 7 puntos, 3,6 rebotes y 7,6 créditos valorativos. Las estadísticas en Liga (7,5 puntos, 2,8 rebotes y 9,3 créditos) tampoco representan el buen papel mostrado por la ala-pívot de 26 años, con mucha personalidad y talento.
Juego coral por encima de nombres
Las individualidades dan mucho en el baloncesto. No obstante, de poco pueden servir ante un equipo armado y conjuntado. El Casademont tiene ambas cosas. Se suma a jugadoras de renombre que te pueden solventar el partido a base de su calidad individual, como puedan ser Atkinson, Gatling y compañía, un equipo que tiene alma, que atesora espíritu, que no se rinde y en el que van todas a una. Es la única forma de explicar el buen curso europeo con 4 victorias y una derrota, ante el todopoderoso Fenerbahçe, y el similar resultado liguero con tres triunfos y una derrota, en el caótico duelo en Araski. Nadie sabe dónde está el techo de este reloj de diseño que es el Casademont, al que Cantero ha sabido darle la cuerda suficiente, ni mucha ni poca, para hacerlo correr al tiempo oportuno.
Más allá de las figuras clave a nivel individual, las Nystrom, Brcaninovic, Czukor, Flores, Hermosa y Mistinova han encajado entre sí como anillo al dedo. Todas saben qué papel tienen en este equipo y lo más importante, más allá de su química entre sí, son los registros que manejan, dotando al Casademont Zaragoza de Carlos Cantero de un equipo muy completo y con pocas fisuras. Así, por el momento toca disfrutar y ver hasta dónde llega este estado de gracia en el que las rojillas se encuentran. Las rachas terminan para bien o para mal, pero con trabajo y humildad se puede alargar este momento positivo máximo posible.