Después de conseguir la gran victoria ante el FC Barcelona la jornada anterior, Casademont Zaragoza recibía al Monbús Obradoiro. El partido se antojaba muy importante para los objetivos de los maños, que buscaban una nueva victoria para alejarse de los puestos de descenso y encarar la media tabla. Sin embargo, no pudo ser y se cayó por un ajustado 78-79.
Mal inicio, buen Mara
Chris Wright, Sant-Roos, Yusta, Iván Cruz y Hlinason eran los elegidos para iniciar la batalla. Los gallegos conectaban los primeros golpes en ataque, mientras que en defensa no permitían canastas fáciles (2-6). La dura defensa de los de Moncho hacía que los locales se jugasen muchos tiros precipitados sin acierto, hasta llegar a una diferencia de 7 puntos con poco más de 5 minutos de encuentro (4-11). Las cosas no salían, y Fisac se veía obligado a pedir tiempo muerto para cambiar la dinámica. La marea roja alentaba a los suyos tras un pobre comienzo. Salía Aday Mara desde el banquillo y, como ya pasó ante FC Barcelona, se hacía con el control de la pintura y acercaba a su equipo (10-14). Tras unos minutos muy consistentes, la segunda unidad rojilla conseguía llegar al final del primer cuarto con 13-16 en el luminoso. El parcial en los últimos 4 minutos fue 9-5.
Casademont iniciaba el segundo asalto cambiando su defensa a zona, sin embargo, Guerrero y Zurbriggen castigaban los errores (13-21). Tras más de un mes de baja, Mekowulu saltaba a cancha para igualar la dureza interior gallega. La clave estaba ahí, había que plantar cara al gran físico de Monbús Obradoiro. Tras varias jugadas desafortunadas, el partido se convertía en un correcalles donde el acierto brillaba por su ausencia en ambos aros (21-24 a falta de 3 minutos para el descanso). Para meter una canasta, los jugadores tenían que pasar por una maraña de contactos y manos rivales. Chris Wright, con una de sus mejores actuaciones desde su llegada, se encargaba de poner nuevamente por delante a los maños tras una antideportiva de Westermann. Pese a ello, dos fallos seguidos de un desacertado Yusta (0/5 en TC) permitían a los visitantes irse a los vestuarios liderando en el marcador (25-29).
Imparable Robertson
Los primeros minutos después del descanso servían a Casademont Zaragoza para volver a poner las tablas por medio de Sant-Roos y Wright (31-31). El ritmo anotador aumentaba, y los “jugones” de ambos equipos cogían las riendas. Rubén Guerrero, pilar interior de los gallegos, cometía la cuarta falta personal a mitad del tercer cuarto. En este momento aparecía Kassius Robertson. El escolta estadounidense entraba en racha con 3 triples consecutivos que dinamitaban a los suyos (34-43). Blazevic colocaba la máxima diferencia del encuentro tras un gran pase de Robertson, que seguía con su espectáculo ofensivo (34-48). Una jugada más que polémica terminaba con técnica para Porfirio Fisac; Phill Scrubb anotaba el libre y la herida maña era cada vez más grande (39-47). Mara erraba desde la media distancia y se daba paso al último cuarto (41-57). En este cuarto, Kassius Robertson había anotado 17 puntos (4/5 en T3).
Final de infarto
Aday Mara, con un extraordinario 2+1, encendía a la marea roja en la primera jugada del último. El encuentro entraba en una fase en la que todas las jugadas eran protestadas por ambos banquillos, mientras que el Príncipe Felipe apretaba. Jessup tras una recuperación acercaba a los rojillos a menos de 10 (49-58). Era momento de remar. Guerrero se sentaba en el banquillo eliminado tras su quinta personal. Con la falta del interior gallego los dos equipos entraban en bonus con más de 6 minutos por jugar (57-64). Sin embargo, la experiencia de los de Moncho y alguna que otra decisión arbitral más que cuestionable hacían que la remontada se alejase (60-72).
Pese a ello, Casademont Zaragoza no le perdía la cara al partido y resistía a base de rasmia. Primero Aday Mara y luego Mekowulu reducían la ventaja gallega hasta los 6 puntos (70-76 a falta de dos minutos para el final). Con minuto y medio por jugar, los rojillos se ponían a solo un punto por debajo y en Obradoiro aparecían las dudas para salir de la presión. El Felipe rugía como nunca. Aún así, Phil Scrubb tiraba de experiencia para poner a los suyos tres por encima con 20 segundos. Porfirio Fisac paraba el encuentro para diseñar una jugada que mandase el encuentro a la prórroga. Tras el parón. Jovic anotaba la bandeja, nuevamente uno abajo (77-78), ahora hacia lo propio Moncho Fernández. Robertson, impoluto hasta el momento, solo anotaba uno de los dos personales y dejaba la opción de la prórroga abierta. Jovic a la desesperada fallaba el triple ganador, pero Magnay cometía falta sobre Mekowulu. El pívot nigeriano anotaba el primero, pero fallaba el segundo para forzar la prórroga ante la desolación de todos. El partido acababa (78-79).