ZARAGOZA | Difícil, compleja y poco pausada está siendo la semana de un Casademont Zaragoza femenino que se mide al Valencia Basket, el actual mejor equipo español y uno de los mejores de Europa, dos veces en menos de cuatro días. Si en el duelo de Euroliga (64-79) ya se vieron las caras con el triunfo taronja, ahora toca hacerlo en La Fonteta y en la 18ª jornada liguera que llega en un momento clave de la temporada para las rojillas, más pendientes de vencer a Praga y pasar como terceras a los cuartos del ‘play-in’, que de un encuentro doméstico que poco cambia para ellas. Ganen o pierdan, seguirán cuartas en solitario.
Un cambio de horario que complica la planificación
El cambio de horario sufrido a última hora de este miércoles trasladó el duelo que se iba a disputar, en principio, a las 19:15 horas del sábado a las 12:00 del domingo, dejando menos tiempo de descanso para el cuadro zaragozano antes del vital duelo europeo. Así, dependiendo del contexto y de cómo avance el choque, no es descabellado pensar que Cantero dosifique esfuerzos para disputar con plenas garantías físicas el partido en Praga. De igual forma, este cambio también podría modificar el ‘planning’ de la plantilla, quien muy posiblemente ponga rumbo a la capital checa nada más acabar el encuentro liguero, sin descanso alguno.
Valencia Basket, una prueba de fuego para las rojillas
El duelo de este domingo se presenta como una nueva oportunidad para medir el nivel real del Casademont ante uno de los equipos que estarán con total seguridad en la Final Six. Las cartas ya se mostraron sobre la mesa este pasado miércoles, en un duelo en el que la intensidad, el frenesí y el vértigo estuvieron a la orden del día, aunque no acabó cayendo para el lado local.
De hecho, la cara amarga vino en una segunda parte en la que el equipo se desinfló tanto física como anímicamente y fue arrollado por un conjunto bien dirigido por Rubén Burgos y comandado por una Leti Romero en modo estelar y con un nivel inapelable. Por ello, el duelo del domingo se erige como una prueba de fuego para ver si las rojillas pueden frenar esa defensa asfixiante, esas transiciones rápidas y oponer más resistencia a los lanzamientos de tres de la propia base canaria. También servirá como un termómetro para evaluar cómo sentó la última derrota europea y qué sensaciones transmite el equipo antes del duelo en Praga.
El reto de combinar la liga doméstica y la Euroliga
Con todo ello, no siempre se puede ‘hacer sparring’ con todo un Valencia. Para bien o para mal, el Casademont Zaragoza tiene Valencia ‘hasta en la sopa’ esta semana antes de poner la mira, o directamente los prismáticos, otra vez en una Euroliga que ilusiona, y mucho.