El ex guardameta del Real Zaragoza Andoni Cedrún ha resaltado que tenía la convicción de que el equipo que ganó la Recopa de Europa en 1995, de cuyo hecho se cumplen 25 años el próximo 10 de mayo, “no podía irse de la historia sin ganar un título europeo”.
“Siempre he pensando en segundas oportunidades. He dicho que esa calidad que tenía el equipo nos debía colocar al mismo nivel que Los Magníficos. Aquel grupo no podía quedarse con un título nacional solo, no podía irse de la historia sin ganar uno europeo porque quería compararse al mejor equipo que había tenido el Real Zaragoza”, ha asegurado en una entrevista concedida a Efe.
Sin embargo, considera que aquel conjunto campeón tuvo su origen en la Promoción que cuatro años antes salvó el equipo contra el Real Murcia y evitó que bajara a Segunda. “Tengo el mismo pensamiento ahora que entonces. Después de aquel final apoteósico con la alegría del título europeo para Zaragoza, Aragón y España, sigo pensando la misma cosa que cuando estaba festejando en París con mis amigos”, ha apostillado.
El cancerbero ha explicado que aquel título fue producto de un proyecto de éxito de cuatro años en el que se empezó “tocando el infierno del descenso” y del que el día más importante fue la Promoción contra el Murcia. “Se evitó el descenso y después jugamos una final de Copa del Rey contra el Real Madrid que perdimos, otra contra el Celta que ganamos y fuimos terceros en la Liga, todo ello culminado por el gol de Nayim”, recuerda.
Sobre éste se ha preguntado si alguna vez en la vida volverá a ocurrir que en una final se logre un gol en el último suspiro de la prórroga y de la forma tan espectacular en la que se consiguió: “El éxito viene detrás del trabajo y aquel proyecto se originó cuando nos salvamos del descenso”.
Los recuerdos de un gran día
El cancerbero de Durango (Vizcaya) desvela que sólo ha visto aquel encuentro entero en una ocasión. Fue hace unos días cuando fue programado en Teledeporte y porque mediante el whatsapp que tiene con sus antiguos compañeros comentaron las incidencias de aquel enfrentamiento. Antes únicamente había visto acciones puntuales.
Cedrún ha desvelado también que cuando el equipo se concentró para la final no había nervios. Toda la plantilla llevó aquella situación “con naturalidad” y que esa tranquilidad se vio reflejada en el campo.
“Estábamos responsabilizados de que podíamos marcar una historia que solo tenían Los Magníficos. Fue un partido en el que el equipo plasmó lo que había sido en encuentros anteriores en los que se divertía jugando al fútbol. No hubo presión. Lo cogimos con una naturalidad tremenda aunque podíamos pensar que el Arsenal era favorito por historia”, ha manifestado.
¿Cómo se vio el gol de Nayim desde el otro extremo del campo?
Para el guardameta vasco el primer tanto logrado por Esnaider fue “un golazo” pero acabó tapado por el de Nayim. “En el gol de ‘Gardel’ (que era como llamaban en la plantilla a Esnaider) cuando salió el balón del pie vi perfectamente que iba a la escuadra. El de Nayim no lo pude ver tan bien pero esas ‘frivolités’ las solía hacer en los entrenamientos“, enumera.
Andoni Cedrún ha indicado que vio la pelota cayendo y solo gritó gol cuando se percató de que Esnaider corría hacia el banquillo. “David Seaman (el portero del Arsenal) tenía una gran suficiencia y solía coger algunos balones a una mano. En esa ocasión se confió de que iba a hacer lo mismo y el balón cayó rápido. Vi la pelota en su mano pero no logró cogerla”, rememora.
En este punto Cedrún recuerda que ser portero es lo más ingrato que hay: “Seaman fue el mejor del Arsenal aquel día. Siempre se acordará del gol de Gigi (apodo de Nayim) igual que le pasó a Arconada en aquella final de la Eurocopa contra Francia”. El meta ‘blanquillo’ recuerda que en los últimos minutos de la prórroga ya se estaba mentalizando de que habría penaltis. Comenzó a visionar los informes que tenía sobre los jugadores que los lanzaban en el conjunto londinense.
Tampoco se le olvida que no fue a celebrar el tanto con todos sus compañeros sino que se quedó en su portería: “Unos se fueron al suelo a abrazar a Nayim. Otros corriendo por el campo o al banquillo. A mí me vino a la cabeza una jugada de la temporada 1989-90 en la que nuestro portero Chilavert anotó un gol de penalti y por quedarse a celebrarlo con sus compañeros vio como Goikoetxea marcaba desde el centro del campo”.
Este recuerdo le retuvo en su área, era la soledad del portero: “Pensé que mejor me quedaba, me di puñetazos en el pecho. A la ‘Pilarica’ le di las gracias”. Andoni Cedrún califica de “imagen para toda la vida” cuando antes del encuentro llegaba el autobús del Real Zaragoza al estadio del Parque de los Príncipes de París. Vio desde su ventanilla a un abuelo con su nieto que estaba llorando y animando como otros cientos de seguidores.
“La tengo grabada. Creo que le hicimos feliz para toda la vida. Eso se trasladó también al recibimiento en Zaragoza porque a nuestros aficionados les dimos una gran alegría“, apunta.
La Copa del 94 ante el Celta
Andoni evoca que cuando el Real Zaragoza se proclamó campeón de la Copa del Rey contra el Celta el año anterior prometió desde el balcón del Ayuntamiento que al siguiente volverían con la Recopa. Ello le hizo llevarse varias “castañas” de sus compañeros aunque finalmente acabó teniendo razón.
Para el portero, “el broche de oro” a los 25 años de ese título, que por el coronavirus apenas van a poder disfrutar, sería que por fin el equipo consiguiera el ascenso a Primera después de siete temporadas en Segunda.