El jugador panameño fue presentado este martes en La Romareda. Fue en un acto sencillo, sin demasiados alardes ni frases para la historia. Miguel Torrecilla explicó que César Yanis sedujo al club por su “polivalencia en ataque”, su facilidad para jugar por los dos costados y su presencia “entre líneas”.
Yanis, por su parte, mostró su felicidad por llegar a una “gran institución”. Aclaró que se siente más cómodo a pie cambiado y que vio al equipo bien ante el Fuenlabrada, solo condicionado por su falta de gol. “Un último toque” en el que Yanis quiere mejorar al grupo. El panameño aseguró que el tren del Zaragoza es “su gran oportunidad”.
El enigma Yanis
Ahí terminó su puesta de largo, con un discurso simple, casi automático, quizá demasiado normal. Sobre todo si se tiene en cuenta que Yanis no es ni mucho menos un fichaje usual en este mercado. Llega sin demasiadas referencias, con apariciones esporádicas en su selección y con el aval de sus highlights en una liga muy menor. Es un peso pluma, con recursos de malabarista, pero que no ha probado su nivel en los mejores escenarios. A pocos días de su estreno, su papel en este Zaragoza es todavía un misterio.
Solo el fútbol dirá si la llegada de Yanis es un descubrimiento o una temeridad. Hay quien cree que detrás de ese cuerpo menudo se puede esconder un futbolista distinto. Uno de esos jugadores que entienden el regate como el mejor atajo de este juego, como el truco ideal para cambiar los partidos. Otros piensan que su fichaje es un trato poco favorable, una incorporación precipitada. Intuyen que será un jugador incapaz de adaptarse al cemento de Segunda; puro fuego de artificio.
La última presentación del curso se resume con una incógnita:
César Yanis, ¿truco o trato?