Otro mal arranque del Peñas dilapidó las opciones ante un Orense que fue muy superior. Troutman con 14 puntos fue el más destacado de los de Quim Costa que nunca llegaron a meterse en el partido. El domingo en el Palacio nueva oportunidad ante Palma para recuperar las buenas sensaciones perdidas en Galicia.
Imagen durante el partido.Las dudas de los tres primeros partidos de los peñistas habían quedado totalmente disipadas con dos triunfos de peso, ambos en el Palacio, pero con distintos registros; el primero remontando y el segundo aplastando. Lejos quedaban esos cuartos “tontos” que condenaban el resto del esfuerzo. La seguridad había regresado a lo de Quim Costa para quedarse…hasta que comenzó el partido en el Paco Paz. Largo viaje, partido en martes o rival enchufado. Cualquiera de ellas o la suma de todas valdrían para explicar los primeros compases que auguraban una mala tarde. El primer parcial de los orensanos fue de 10-0 con un Martínez enchufado aunque era más bien acierto colectivo.
Los de Costa veían el aro rival como si fuera un anillo; esta vez Troutman no estaba cómodo y Vicedo, que fue el primero en anotar, no era capaz de llevar las riendas. Poco a poco la ventaja fue aumentando hasta el 30-12 que se reflejaba en el marcador en el primer cuarto.
La intensidad defensiva de Orense seguía siendo elevada y las soluciones en la dirección de los peñistas estériles. Mala combinación. Los gallegos con Busma por dentro y Arco por fuera eran muy felices. Disfrutaban y hacían que el resto de compañeros se unieran a la fiesta. El 56-28 del descanso hablaba por si solo. Troutman, eso sí, amagaba con sus 9 puntos con molestar un poco en la fiesta.
El Peñas maquilló el resultado tras el descanso
La tónica tras el descanso se mantuvo, si bien el Peñas logró frenar la sangría e imponerse de forma simbólica en el tercer cuarto (12-14) con un descenso evidente en la intensidad de los locales.
El 68-42 con el que se afrontaba el último cuarto no albergaba ninguna esperanza de posible remontada. Sin embargo, el orgullo peñista obligó al técnico local a pedir tiempo muerto tras minutos y medio del cuarto final por la claro cambio de inercia que se veía en la cancha. Orense no quería sustos. Y no lo hubo. Es más, hasta un poco de showtime con un espectacular mate de Rejón. Quim Costa debió frenar esa nueva euforia local con otro tiempo muerto. Y con ese tran-tran se llegó al final de un partido que no tuvo emoción y que exigirá a los peñistas una reflexión en las 10 horas de vuelta.
El domingo en casa ante Palma nueva oportunidad de regresar al camino de la victoria.
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