La ‘nueva normalidad’ parece estar más cerca que nunca. Y en el fútbol también. Los entrenamientos vuelven progresivamente, los alemanes ya han abierto la puerta del fútbol pos-coronavirus y los aficionados españoles comienzan a sentir cosquilleos al pensar en la semana del 8 de junio.
Otra señal de que el fútbol va por buen camino es escuchar de nuevo hablar a Víctor Fernández. El técnico abordó los temas de actualidad que rodean al mundo del fútbol y al Real Zaragoza vertiendo algunas opiniones con respecto a la nueva normalidad futbolística. Por supuesto, habló sobre los dos cambios extra por partido –hasta cinco– con los que contará cada equipo a partir de ahora. Y a Víctor Fernández eso no le gusta.
En sus palabras se apreciaba malestar en relación a esta modificación. Según su curtido criterio, la integridad de La Liga se verá perjudicada al haberse jugado el 74% de la competición con unas normas distintas a las que se proponen ahora. Incoherente con el mensaje que ha tratado de trasmitir La Liga de mantener en todo momento dicha integridad.
Los aficionados habrán podido pensar en un posible victimismo en las quejas mostradas por Víctor. “Es una medida muy favorecedora para esos equipos que tienen plantillas con profundidad numérica y de calidad”, puntualizaba el técnico del barrio Oliver. Por sus palabras parece que la suya no está entre esas privilegiadas plantillas. La pregunta ahora es clara: ¿hasta qué punto los cinco cambios pueden ser determinantes para el Real Zaragoza?
Las rotaciones
En primer lugar, comparando el reparto de minutos del Zaragoza con el de los equipos que le acompañan arriba en la tabla, vemos que Huesca, Almería y Girona cuentan con trece jugadores de campo con más de 1.000 minutos jugados, solo uno más que el Real Zaragoza. Sin embargo, el primer clasificado, el Cádiz, ha apostado por mantener un bloque duro con tan solo diez jugadores con más de 1.000 minutos, de los cuales seis han disputado más de 2.000. A pesar de que estas plantillas cuentan con un número más amplio de jugadores profesionales, el reparto de minutos ha sido muy similar en los equipos candidatos al ascenso.
A pesar tener más fondo de armario, la confianza repartida a los jugadores ha sido muy similar entre todos los equipos de arriba. La plantilla a la que mejor le venga este aumento en el número de cambios es a la del Girona, que además de contar con trece jugadores por encima de los 1.000 minutos, tiene a otros cinco jugadores entre los 600 y los 900 minutos disputados, por los tres del resto de equipos de arriba, incluido el Zaragoza. Un mayor presupuesto que se traduce en hechos como este.
Arriesgarse a esperar es una actitud valiente. Esta frase va a cobrar más relevancia estas últimas y decisivas once jornadas. Saber leer los partidos y su contexto, así como contar con esos jugadores necesarios en el banquillo para ejecutar el plan, será clave para lograr el éxito.
Los meses de competición van ser muy calurosos. Entonces los suplentes más desequilibrantes serán quienes tendrán que decantar partidos marcados por el cansancio. Por lo que hay que echar un vistazo a los diferentes banquillos de los claros candidatos.
Bien es cierto que equipos como la SD Huesca o el Girona cuentan con grandes suplentes debido a la enorme competencia de sus plantillas. Los oscenses se pueden permitir el lujo de tener a jugadores como Rafa Mir, Cristo, Sergio Gómez o Mboula en la banqueta. Todos ellos con una gran velocidad y mucha calidad con la que en cualquier jugada te la pueden liar.
El Girona por su parte cuenta con jugadores muy polivalentes de tres cuartos de campo para arriba. Samu Saínz, Brandom, Jonathan Soriano o Gallar no tienen la titularidad asegurada y su aportación desde el banquillo puede ser significativa en momentos de fatiga rival. Todos ellos son jugadores muy eléctricos.
Seguramente el Cádiz y el Almería cuentan con suplentes de menos calidad que los oscenses y los catalanes. Los líderes de la categoría dibujan cada semana un once muy sólido, pero en su banquillo, salvo Alejo que alterna titularidades con suplencias, se encuentran jugadores muy irregulares como Pombo, Nano Mesa, Jurado o Malbasic. Por parte de los almerienses, el vaivén de fichajes ha conducido a contar con una zona atacante bastante alternativa. El exzaragocista Juan Muñoz es el más eficaz (ocho goles) y la gran apuesta del club, Arvin Appiah (8 millones de traspaso y ningún gol ni asistencia) no termina de explotar.
Qué tiene el Real Zaragoza
Al cierre del mercado veraniego, Víctor Fernández ya avisó de las carencias que mermaban la plantilla. Con los inesperados problemas de salud de Dwamena y la eterna lesión de Zapater, el tiempo le dio la razón al entrenador: la plantilla era escasa y para ascender había que reforzarse de nuevo. La calidad ha estado siempre presente. La cantidad, no tanto.
Más vale tarde que nunca, y como respuesta llegó Puado, después Pereira, Dani Torres, Burgui y El Yamiq. Por el lado de las salidas, jugadores con poco peso específico en la plantilla como Pombo, Lasure, Grippo o Papu hicieron hueco para las nuevas incorporaciones.
Grosso modo se alcanzó el objetivo de contar con una plantilla lo más simétrica posible tanto en calidad como en cantidad. Además, con la política de fichajes llevada a cabo y bajo las restricciones económicas, se tuvo que optar por una plantilla corta donde catorce o quince jugadores lucharan por un puesto en el once, en vez de tener una plantilla larga de veinticuatro o veinticinco profesionales.
Eso sí, hasta ahora Víctor Fernández contaba con una guardia pretoriana para asegurarse las espaldas. Los datos muestran quienes son los pesos pesados de la plantilla que, a día de hoy, resultan indispensables. Esta primera línea de batalla la forman Raúl Guti, Eguaras, Luis Suárez, Nieto y Cristian. Todos ellos con más de 2.000 minutos jugados, con un rendimiento sobresaliente y constante.
Ya en otro grupo aparecen nombres propios que también cuentan con la plena confianza del míster. Si atendemos a la relación de sus minutos jugados/minutos disponibles, estos se convierten en igual de importantes que los otros. Javi Puado ha sido titular todos los partidos posibles tras su fichaje (89% minutos jugados); Atienza, con 20 de 22 titularidades posibles, es una de las torres de la defensa junto a El Yamiq, que ha surgido como un ciclón en la defensa zaragocista jugando todos los minutos posibles desde su llegada; Vigaray ha jugado como titular en todos los partidos que ha estado sano; y por último, Soro que, a pesar de la competencia, ha jugado como titular en 20 ocasiones esta temporada (1.701 minutos).
Los candidatos a los cinco cambios
Esta nueva y controvertida norma da otra gran oportunidad a los jugadores menos frecuentes para que aporten desde el banquillo. En este sentido es clave tener suplentes de garantías. En clave zaragocista, son varios los nombres que se han alternado titularidades con repetidas suplencias, así como especialistas en el papel de revulsivos.
Antes de nada, hay que recordar la grave lesión que sufre uno de los capitanes del equipo, Javi Ros. Había sido un jugador habitual en la rotación de la plantilla con más de 900 minutos disputados y 5 goles. Su ausencia se hará notar.
Cuando repasamos el banquillo del Zaragoza uno se topa con grandes nombres. Unos muy habituales en la rueda de cambios han sido James y Kagawa. Las grandes paradojas de la plantilla. El rendimiento del nipón y del nigeriano ha sido una montaña rusa, creando en torno a sus figuras una incertidumbre constante. Kagawa con 1.300 minutos disputados e Igbekeme con 1.543 desempeñan ese rol de jugador número doce o, en muchas ocasiones, la variante en el once titular tan definitorio para la manera de jugar del equipo.
Los dos se encuentran entre los diez jugadores de campo con más titularidades (19, James y 17, Kagawa) y su enorme talento siempre va a ser una escusa para confiar en ellos. Dos jugadores que deben dar un paso al frente para sacar beneficio de este singular contexto.
El caso de Burgui es más particular. El extremo ha seguido una línea similar a la de El Yamiq, disputado una gran cantidad de minutos desde su llegada en febrero, con cuatro titularidades y una única suplencia. No obstante, el parón frenó en seco su excelente adaptación al equipo, por lo que habrá que ver cómo vuelve. Junto a James y Kagawa será la alternativa en el once. Desde el banquillo puede ser diferencial.
Como revulsivo nato, el equipo cuenta con Álex Blanco. El de Benidorm ha sido el suplente por excelencia para Víctor Fernández con nada más y nada menos que 19 partidos saliendo del banquillo. Sin duda, el extremo debe aprovechar sus pocos minutos (565 en Liga) para revolucionar los partidos y ser ese primer o segundo cambio que desatasque contextos difíciles.
En una situación diferentemente parecida se encuentra Miguel Linares. El veterano delantero ya divisa en el horizonte la retirada y no quiere que sea de otra manera que ascendiendo al equipo de su corazón. Su aportación objetiva desde el banquillo ha sido mucho menor que la de otros suplentes, con 130 minutos y único gol, pero gracias a ese cuarto y quinto cambio extra sus posibilidades de aportar aumentan.
Clemente, Gutián y Delmás componen el elenco de defensas suplentes, que deberán aceptar un rol secundario en aras de dar continuidad a una de las mejores líneas defensivas de la categoría. Los dos primeros han disputado en torno a 1.150 minutos en liga cada uno, y Delmás, como consecuencia de las lesiones Vigaray, ha sumado más de 900 minutos, eso sí, ofreciendo mucho menos rendimiento que el titular. Los tres suman una cantidad considerable de partidos esta temporada como para poder confiar en ellos en momentos puntuales.
Por último, Dani Torres (67 minutos) y Pereira (4 minutos) son los jugadores con menos minutos disputados. Ambos deberán demostrar el porqué de sus fichajes, ya que durante el tiempo que llevan en Zaragoza han tenido un impacto estéril. No lo tendrán fácil, pero el club confía en ver la mejor versión de ambos. De no convencer, canteranos como Buyla o Baselga están tocando la puerta del primer equipo para servir como alternativa.
Junto a todas las variantes posibles que tendrá Víctor Fernández, se le suma la esperada vuelta del capitán, de Alberto Zapater. Esta temporada el mediocentro tan solo ha podido ponerse la elástica blanquiazul en una ocasión, para hacerse la foto de equipo; por lo que las ganas de volver a sentirse futbolistas inundan los deseos de Zapa. Habrá que seguir minuciosamente su regreso porque en jugadores tan lastrados por las lesiones nunca se sabe cómo pueden reaccionar mental y físicamente. Sin embargo, nadie duda del plus que significará contar de nuevo con el Gran Capitán. Las nuevas sustituciones por partido colaborarán en el progresivo regreso de Zapater al equipo.
Adaptarse o morir
El Real Zaragoza, al igual que sus rivales, tendrá la oportunidad de realizar hasta cinco cambios por partidos. No hay que negar el alivio físico que supondrá en un calendario tan cargado. Pero la decisión de realizar o no la totalidad de las cambios recaerá sobre Víctor Fernández.
Para igualar fuerzas con sus rivales a través de los cambios, el Real Zaragoza deberá exigir dar un paso más a sus teóricos suplentes. La mayoría de ellos no han mantenido una regularidad constante en su aportación y eso crea dudas en el zaragocismo. Sin embargo, la plantilla cuenta con jugadores capaces de revolucionar cualquier partido. Solo falta que se lo crean.