La ruta de las pasarelas de Alquézar ya puede realizarse al completo para adentrarse en el tramo final del cañón del río Vero y transitar cómodamente a lo largo de un seguro entramado de escalinatas y pasarelas, algunas enclavadas en las paredes del desfiladero.
Tras los daños que ocasionaron las fuertes lluvias registradas hace poco más de un año, la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón han sufragado el coste de su reconstrucción por un montante de 120.000 euros. Con la visita técnica realizada por responsables de la administración provincial y autonómica, se ha dado por cerrado este proyecto que pusieron sobre la mesa el Ayuntamiento de Alquézar y la Federación Aragonesa de Montañismo. Los trabajos han estado centrados en la consolidación de laderas y el refuerzo de la seguridad, además de reponer unos 40 metros de estructura situados en la margen derecha del río, aguas abajo de la antigua central hidroeléctrica y antes del azud del viejo molino harinero.
En el recorrido por el tramo abierto recientemente a los usuarios, la responsable de Desarrollo Territorial, Maribel de Pablo, ve en Alquézar un buen ejemplo de cómo actuaciones en el entorno natural pasan a ser “un reclamo turístico” cuyo “impacto económico y también social ha revitalizado la zona”. De Pablo también señala que va más allá de lo local, convirtiéndose en una de las excursiones más populares de la provincia con más de 120.000 visitantes en el último año. El alcalde de Alquézar, Mariano Altemir, la directora general de Turismo del Gobierno de Aragón, Marisa Romero, el vicepresidente de la FAM, Manolo Bara, y técnicos de la empresa Prames y la especializada Geoscan, encargadas de ejecutar la actuación, han integrado el grupo en esta visita técnica.
Mariano Altemir se mostró muy satisfecho de poner otra vez en uso “un espacio natural único en la provincia”. Así se refería a esta zona que es referente para el descenso de barrancos y al que cada vez llega más aficionados al senderismo. Ahora mismo es la principal aportación en número de visitantes al Parque natural del río Vero que recibe un total de 250.000 visitantes. Para la temporada alta, en Alquézar tienen la vista puesta en “concienciar a la gente de que vaya equipada”, ha adelantado Altermir, quien cree necesario que el usuario sea partícipe de mantener estas infraestructuras de cara al futuro.
A esa importancia de gestionar y regular el medio natural también hacía referencia la directora general de Turismo, Marisa Romero. Según apunta, “la tendencia del turista que llega viene a la naturaleza y a realizar diferentes actividades deportivas y este espacio contribuye precisamente a eso, a disfrutar del patrimonio y complementarlo con este paseo”. En la actualidad, existen 2.800 kilómetros de senderos turísticos en Aragón casi siempre creados a iniciativa de ayuntamientos y comarcas.
Parte del GR1 que recorre las sierras interiores
Antes de que tuviera que cerrarse a finales de 2016, la construcción de estas pasarelas se terminó en esa primavera con su ampliación y el acondicionamiento como sendero turístico de Aragón y variante del GR entre Alquézar y Asque. Para Manolo Bara, de la FAM, “es un punto más de calidad y seguridad para un GR1 que recorre todas las sierras interiores de la provincia que nos permite desde pasarelas colgadas ver cómo se ha ido formado el territorio”.
Esta ruta circular discurre a orillas del Vero y consta de casi seis kilómetros con pasarelas divididas en distintos tramos. Aunque las actuaciones sobre la parte dañada comenzaron unos meses después de los desprendimientos, el periodo estival y la temporada de barranquismo obligaron a detener los trabajos de recuperación hasta después del verano. Ha sido ahora cuando se han culminado todas las labores, centradas en la seguridad de la zona, donde se han añadido nuevas fijaciones y una visera de protección por posibles desprendimientos porque, como apunta el director de la obra, Juan Gastón, “el riesgo en el medio natural nunca es cero”.
Gastón ha detallado el proceso de estos trabajos que han incidido en el saneo de la roca en la zona donde se ubican las pasarelas, mediante la limpieza, picado y eliminación de todas aquellas superficies, incluida vegetación, pudiese afectar a la estabilidad para el anclaje de las nuevas pasarelas. Para la ejecución de las pasarelas se realizan unas escuadras, a modo de tableros en la roca que soportan unos largueros como soporte para la colocación de un rejilla.